La reina del atletismo
La carrera de 1.500 se ha convertido en la reina del atletismo porque es lo suficientemente larga como para que el disfrute de su contemplación dure unos minutos y no tanto como para que pueda llegar a perderse la atención sobre ella en espera del siempre emocionante final. Pertenece al medio fondo. pero este término ya no se emplea, porque suena a carrera lenta cuando muchas veces se corre a velocidad prolongada, haciendo 56 segundos por vuelta.Hay que tener unas facultades, muy especiales y mantener un entrenamiento muy complejo para poder sostener ese ritmo durante casi cuatro vueltas. Los atletas se entrenan muchos kilómetros a ritmo fuerte para obtener resistencia orgánica y hacen series cortas y rápidas para la resistencia muscular.
En los 1.500 metros hay dos tipos de corredores. A unos les va el mantener el ritmo fuerte y sostenido durante toda la prueba, haciendo prácticamente el mismo tiempo en cada vuelta. A otros, el ritmo en progresión tras un inicio más lento se ajusta mejor a sus condiciones para terminar en un sprint de forma explosiva.
Abascal y Cram son corredores que pertenecen al primer tipo y necesitan largos sprints, de más de 300 metros, para asegurarse la victoria. El primero ya no podrá practicarlo hoy precisamente porque se equivocó el viernes y eso le.costó la eliminación.
González y Coe, en cambio, son del segundo grupo, con rectas finales de auténticos velocistas. Ellos tienen la ventaja de poder resolver en unos metros, lo que los anteriores no pueden hacer. Cuando alguien se conria, caso de Abascal, llega la derrota porque los 1.500 metros no son sólo una carrera, sino el desarrollo de una estrategia en la que el error se paga. Abascal perdió ante rivales de más rápido final, a los que permitió que se le echaran encima: Coe, O'Sullivan y Kulker. Estos dos últimos ya tenían buenos precedentes. Kulker había ganado a Abascal en la Westathletic -prueba en la que participan varios países europoes de nivel medio-, en una carrera de idéntico desarrollo a la de los Europeos, y O'Sullivan ha permanecido invicto en la temporada de pista cubierta estadounidense. No han sido capaces todavía de correr en menos de 3.35 minutos porque no tienen elevado ritmo, sólo velocidad terminal.
Molestias
La final de hoy ha perdido a uno de sus grandes protagonistas, Abascal. Su ausencia va a hacer cambiar tácticas y planes de carrera. Se han quedado dos españoles frente a tres británicos. Cram está desorientado después de su fracaso en la final de 800 metros, en la que se resintió de sus molestias en los gemelos. Coe, mientras, se ve seguro. Que gane uno u otro dependerá exclusivamente del ritmo que se imponga a la prueba. Cada uno de ellos es el mejor a su estilo. Si el ritmo es fuerte, es decir, para acabar en 3.32, Cram atacará a falta de 400 metros porque sabe que, dado su actual falta de explosividad, no sólo Coe, sino también González, pueden pasarle antes de la meta. Si la carrera va lenta, como en la que fue eliminado Abascal, también pueden jugar sus bazas más corredores, entre los que no se excluye Carreira, hombre de potentísimo final corto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.