_
_
_
_

Mary Flor Losada

Cigarrera gijonesa, es la artífice del mayor puro del mundo, de 2,05 metros

Diez kilos de tabaco cubano y más de 50 horas de trabajo han hecho posible el mayor cigarro del mundo: 2,05 metros de puro habano, elaborado artesanalmente por Mary Flor Losada, una cigarrera asturiana de 47 años, empleada desde hace 26 en la fábrica de tabacos de Gijón, donde elabora 35 cigarros al día para la Casa Real y el consejo de administración de Tabacalera. El director de cine italiano Francesco Rossi la contrató para el filme Carmen con la idea de que instruyese a varias actrices en el arte de liar puros en el muslo.

Mary Flor Losada invierte 12 minutos de trabajo en la elaboración a mano de un puro habano. Tanta precisión sólo es posible al cabo de 26 años de oficio y merced a un cierto placer artesano por la obra bien hecha. "Esta es una profesión que hay que sentirla, vivirla, con afición, con paciencia y con constancia, como cualquier otro arte. En ninguna otra parte de la península se siguen elaborando a mano los puros, salvo en la fábrica de Gijón. Todos los que trabajamos en ella aspiramos a que esta antigua tradición perviva mediante la formación de nuevas generaciones que nos sucedan en la elaboración artesanal de puros".Diez kilos de tabaco y 50 horas de trabajo hicieron posible la feliz culminación de un reto que se había impuesto Mary Flor Losada: elaborar por el mismo procedimiento artesanal el mayor puro del mundo. La idea surgió a raíz de un programa de televisión y este mes los asturianos han podido comprobar la veracidad del logro. El destino definitivo del puro, exhibido por Tabacalera en la Feria Internacional de Muestras de Asturias, en Gijón, aún no ha sido decidido por la compañía.

"Había visto en el concurso de TVE En busca del tesoro unas imágenes de la fábrica de Partagás, en Cuba, donde conservan un puro de algo más de un metro de longitud. Fue así como me propuse superar ese tamaño. Lo hice aprovechando ratos perdidos, hasta el punto que el director de la fábrica de tabacos de Gijón supo que estaba haciendo un puro gigante cuando ya estaba concluido". Quebrantado el viejo adagio de que no hay puro que abarque una mano, Mary Flor Losada está dispuesta a superar su propia marca e iniciar la elaboración de un puro de mayores dimensiones.

Esta cigarrera gijonesa, iniciada en el oficio a los 21 años, es heredera de una tradición familiar en cuyos secretos la introdujo, sin embargo, alguien ajeno a su entorno más próximo: "Antiguamente se comenzaba a trabajar muy pronto. En las fábricas de tabaco se entraba por sorteo, independientemente de la edad. Mi bisabuela comenzó, por ejemplo, a los seis años y se jubiló a los 96. Una tía mía comenzó haciendo, también a mano, los populares Farias. A mí me enseñó el oficio un asturiano que había emigrado a Cuba. Mi aportación ha consistido en perfeccionar el diseño. Mi maestro me enseñó a hacer la perilla del puro de forma cuadrada, como los Montecristo, y yo posteriormente adopté el modelo del puro indígena cubano, con la parte delantera en forma de media avellana".

Conocedora del viejo arte de elaborar puros a mano, el director de cine italiano Francesco Rossi requirió su asesoramiento para la simulación del ambiente tabaquero de algunos pasajes de su película Carmen, inspirada en la obra de Mérimée. La cigarrera gijonesa instruyó a varias actrices en la elaboración manual de los puros rodándolos a lo largo del muslo, según los cánones de la época, y tuvo una breve intervención en la película, junto con una compañera. Concluido el rodaje del filme, Mary Flor se reincorporó a su tarea diaria y anónima.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_