Sergio Corbucci
director de cine italiano, ha decidido abjurar de la capacidad de síntesis y titular su última película, de tema erótico-gastronómico, con una treintena de palabras. A pesar de los engorrosos problemas espaciales que pueda causar a los exhibidores, su filme será comercializado bajo el título de Rímini, Rímini, Rímini, historia de amor, de vacaciones, de parasoles y tumbonas, hombrecitos y mujercitas en la espléndida costa lamida por el sensual sol de agosto en Rímini, Rímini, Rímini. Corbucci ideó este título tras perder un proceso legal frente al escritor Pier Vittorio Tondelli, quien reivindicó como suyo el titulo inicial de la película, Rímini, Rímini.
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