Valdemar Albano
panadero portugués residente en Brasil, es de los que piensan que la mujer amada debe permanecer pegada siempre a uno. Valdemar, desesperado porque su enamorada ya no le quería, pasó muchas noches en vela hasta dar con la fórmula de un superengrudo que pudiera permitirle vivir siempre unido a la mujer de su vida. El superengrudo con el que pegó sus manos a las de su novia dio resultado y sólo los gritos de la mujer lograron salvarla de la pasión de Valdemar. La intervención de la policía puso fin al amor del panadero.
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