_
_
_
_

Valdemar Albano

panadero portugués residente en Brasil, es de los que piensan que la mujer amada debe permanecer pegada siempre a uno. Valdemar, desesperado porque su enamorada ya no le quería, pasó muchas noches en vela hasta dar con la fórmula de un superengrudo que pudiera permitirle vivir siempre unido a la mujer de su vida. El superengrudo con el que pegó sus manos a las de su novia dio resultado y sólo los gritos de la mujer lograron salvarla de la pasión de Valdemar. La intervención de la policía puso fin al amor del panadero.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_