Camino pedregoso
La sabiduría popular asegura que debe uno predicar con el ejemplo. Así lo ha entendido el profesor Cerezo Galán abandonando su escaño, desilusionado, sin duda, por sus cuatro años de diputado dedicados a votar lo que ordena el portavoz del partido. El profesor Cerezo ha preferido quedarse fuera de la foto (para moverse, esperemos, que buena falta le hace a la universidad granadina, precipitada en los últimos años hacia la apatía y la desmovilización).Este excelente ejemplo debería invitar a la reflexión a quienes persisten en una ignominiosa ambigüedad y abrir los ojos a quienes no se han enterado todavía: en los últimos cuatro años ningún partido ha hecho nada por cambiar la política, siendo más culpable la izquierda, pues a ella le correspondía hacerlo.
El artículo del profesor Cerezo Galán (EL PAÍS del 19 de julio de 1986) rezuma la amargura del intelectual que se alistó en el PSOE tras el golpe del 23-F, convencido de la necesidad de crear una nueva política para consolidar la democracia enunciada en la Constitución, y ha comprobado que el pragmatismo cotidiano le ha alejado de tal pretensión.
Debe haber aún personas que prefieren ir por un camino pedregoso hacia una sociedad más justa antes que circular por una excelente autopista para morir en el metro de Nueva York.-
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