El Mundial de baloncesto más norteamericano
El triunfo sin paliativos de un grupo de universitarios entusiastas e inexpertos -primer título de Estados Unidos en 32 años- no ha sido la única nota norteamericana del Mundial español. Nunca había sido tanta la atención prestada desde EE UU- tradicionalmente, se siguen sólo los Juegos Olímpicos- a un campeonato mundial de baloncesto. Por primera vez transmitía el torneo la televisión norteamericana (la TBS, cadena por cable) y había en las gradas media docena de ojeadores de la National Basketball Association (NBA).
La presencia de los profesionales flotaba en el ambiente del Mundobasket y, en fin de cuentas, ha alimentado buena parte del morbo suscitado por esta competición. ¿A qué venían? ¿Quién les interesaba? ¿Qué ofrecían?La obsesión con los pros llegó a provocar un incidente italonorteamericano, bastante subido de tono, durante la última jornada de la competición, cuando el seleccionador transalpino Valerio Bianchini acusó a Mike Fratello, entrenador del Atlanta Hawks, de haberle "asestado una puñalada por la espalda" por haber hablado la víspera del partido contra España con Walter Magnifico, para ofrecerle probar con el conjunto de la NBA. El jugador, según el técnico, actuó descentrado por la oferta. Bianchini también culpó al árbitro soviético Grigoriev y, en líneas generales, al empedrado por la catástrofe ante España.
Fratello -de origen italiano-respondía con dureza a Bianchi unos minutos antes de la final: "Yo cuando perdemos, siempre me culpo a mí mismo. No hice más que invitar, el sábado, a Magnífico a que venga a nuestro campamento junto con Augusto Binelli, jugador que hemos elegido en el draft (selección de aficionados) Si no han rendido ni él ni el conjunto del equipo, Bianchini podría pensar en causas más ciertas, como la defensa española o los errores de planteamiento italianos. Ha demostrado ser un entrenador inexperto, desconocedor del alto nivel, y que busca excusas para desviar las críticas".
"Mire", concluía Fratello "igual que con Magnifico y Binelli hablé el sábado con Valeri Tijonenko y Alexander Volkov, también elegidos por nosotros en el draft, para invitarles al campamento. A ver si ellos también juegan descentrados la final...".
El choque Fratello-Bianchini no hace sino ilustrar una actitud de nerviosismo general ante una situación nueva, la del evidente interés de la NBA por los jugadores del mundo entero. Un reconocimiento del baloncesto abierto, con libertad de ida y vuelta entre la NBA y las ligas del resto del mundo y con autorización a los profesionales para participar en todos los torneos de la Federación internacional (FIBA), serviría para rebajar esa tensión y entrar con normalidad en una era nueva, la de la imparable internacionalización de la NBA. Pero, por ahora, la FIBA, en su asamblea de Barcelona, no se ha atrevido a dar el paso. No es más que un retraso de lo inevitable. La internacionalización es una cosa; que sea masiva es otra muy distinta. En efecto, un compendio de las opiniones de expertos de la NBA en Madrid da la nítida impresión de que serán pocos los llamados, y menos aún los elegidos.
Estos ojeadores o scouts -que acceden a dar su opinión... a cambio de que no se citen sus nombres- se muestran casi unánimes. He aquí un resumen de esas opiniones: Arvidas Sabonis, "con un buen entrenador y más dedicación", sería sin duda válido; Drazen Petrovic, "probablemente también"; Oscar Schmidt "sería un anotador muy destacado en la NBA"; Tijonenko "ya está listo" y Volkov "tiene el suficiente potencial"; Magnifico "puede ser un buen reserva, agresivo, como ala-pivot"; Antonello Riva "podría interesar, aunque hay dudas por la grave lesión de rodilla que sufrió"; Rimas Kurtinaitis "es un escolta típico de la NBA".
¿Y Fernando Martín? Salvo los representantes del Portland Trail Blazers, más diplomáticos, los demás han mantenido su escepticismo. "No en carrera, pero sí en movimientos dentro de la zona, es muy lento", afirmaba un scout. "Si fuese más alto y pivot puro, no importaría. Pero le va a costar mucho jugar en la NBA. El propio Portland así lo da a entender escogiendo en el draft a Walter Berry y comprando a Steve Johnson, dos hombres para el mismo puesto que Martín".
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