Nabila Kashogi
ha empezado experimentar las dificultades financieras que aquejan a su otro riquísimo padre, Adnan, negadas por otra parte, por sus amigos gestores Alfonso de Hohenlohe Jaime de Mora. El yate que lleva e nombre de la hija del parece que ya ex multimillonario, y que ser vendido cuando el magnate árabe encuentre otro más apañadito, fue reformado este invierno en uno astilleros de Palma, donde le cambiaron las letras de oro que le daban impronta de yate más lujos del mundo por otras de plata. El Nabila se pone así, sin duda, más al alcance de cualquier bolsillo.
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