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Tribuna:OMBUDSMAN
Tribuna
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Las víctimas de la guerra civil

Uno de los últimos capítulos de La guerra de España publicado en El País Semanal del día 6 de julio, llevaba por título Represión y esfuerzos humanitarios y fue escrito por Alberto Reig Tapia, profesor de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la universidad Complutense. En su análisis, el autor considera que "la represión es uno de los puntos más oscuros y negros de la guerra", y posteriormente señala: "Prácticamente todas las víctimas de la represión republicana fueron inscritas, pues sus familiares no se vieron forzados al exilio, la dispersión o el silencio. Esta circunstancia hace posible su cuantificación con mayor precisión que en el otro caso, pues ello permitía el cobro de pensiones y el beneficio de algunas de las categorías (ex cautivos, ex combatientes, etcétera) con que el régimen franquista distinguía a las víctimas del terror rojo, a sus herederos y familiares".Desde Zaragoza, Miguel Villegas establece contacto con el defensor del lector. Considera que Reig Tapia ha generalizado sobre unos beneficios que muchos no llegaron a tener, y lo que escribe no es una investigación bien efectuada. Como muestra nos remite su propio ejemplo: "Mi padre, muerto en Madrid, a los 26 años, en agosto-septiembre de 1936, dejó una viuda de 28 años y dos hijos de uno y dos años. Le adjunto los datos de la causa general. ¿Puede alguien decirme cuánto, cuándo, cómo y dónde ha cobrado mi madre la pensión que le correspondía dentro de estas distinciones del régimen franquista? Le puedo adelantar la contestación: igual que las viudas de los muertos y asesinados republicanos. Por fin, ahora, en los años ochenta, se ha comenzado a hacer justicia. Los Gobiernos democráticos se han preocupado de ellos. Y es curiosamente significativo, y lleno de simbología de concordia. A mi madre, 45 años después, se le concedió una pensión, juntamente, y me alegro de corazón, con las viudas de los otros muertos, tantos años innombrables".

El profesor Reig Tapia se muestra incrédulo cuando le comentamos esta queja sobre las afirmaciones de su artículo: "He escrito sobre lo que fue la regla general; no dudo que alguna excepción pudo haber. De todas formas, los datos de este lector no me hacen alterar una coma de lo dicho".

Propuestas de un lector

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La adscripción de una noticia a una determinada sección del periódico provoca problemas, a veces, en la propia Redacción. Y esto ocurre porque la división temática de las páginas no es una clasificación en sentido estricto. No es extraño, por ello, que estos problemas lleguen hasta la sensibilidad de algunos lectores, como es el caso de Manuel Serra, profesor ayudante de Ecología, quien nos escribe desde Valencia: "Creo que es indicio de una determinada visión de la ciencia que ésta no aparezca en la sección Cultura sino en la sección Sociedad. La ciencia se ve, así, principalmente bajo su aspecto generador de tecnología -a veces, ciencia aplicada- y no como una forma de conocimiento de importancia intrínseca, pues nos ayuda a comprender el mundo en que vivimos y qué somos. Tal vez lo impropio es el título de la sección, pues luego se comprueba que las noticias científicas son, las más de las veces, logros de la medicina (en ocasiones incluidos en Salud) o de la exploración espacial".

Argumenta Serra sobre todo con el suplemento ue edita semanalmente EL PAÍS bajo el título Futuro, y se queja de forma clara del alejamiento entre el escritor y el investigador: "La cultura científica y la peridística han caído en regiones separadas. Probablemente el horror que a un especialista científico le produce un periodista relatando ciencia sólo es comparable con el vértigo por un científico divulgador de sus conocimientos". Y como profesor de una ciencia biológica se lamenta: "Podrá comprobar que la sección Ecología de EL PAÍS no recoge los avances de esta ciencia, sino las agresiones que sufre el medio ambiente, las reivindicaciones ecologistas, la acción legislativa en torno a la naturaleza, etcétera".

Por último , este lector resume sus criterios en unas cuantas sugerencias: "La sección Ciencia debería llevar por título Tecnología. La sección Ecología debería llamarse Medio Ambiente. Si alguna vez se reseñan en su periódico noticias realmente científicas, se deberían incluir bajo el epígrafe Ciencia ( o cualquier otro de distinta concreción: risica, biología, etc), incluyéndose preferentemente en la sección Cultura. Si en alguna ocasión reseñan noticias referidas a la ecología, éstas deberían ser tratadas con igual estatuto que las demás noticias científicas, tal y como se haría, por ejemplo, con la fisiología, la teoría de la relatividad o la tan citada teoría de las catástrofes. La arqueología, historiografía, psicología, sociología, etcétera, son o pretenden ser ciencias, por lo que corresponde tratarlas con el mismo estilo que a las ciencias de la naturaleza o a las ciencias formales. Las noticias de índole científica deberían estar sujetas a mayor rigor, tanto en sus detalles como en sus fundamentos. Sería de desear una mayor atención por parte de su periódico a los avances científicos de relevancia teórica, aun cuando esto suponga un importante esfuerzo divulgador".

El mensaje íntegro de este comunicante lo hemos pasado a la sección de Sociedad por si consideran oportuno plantear algunas de las indicaciones propuestas en la reunión semanal de suplementos.

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