El público madrileño derrotó a Drazen Petrovic en la prórroga
Soviéticos y yugoslavos cumplieron ofreciendo un partido con gran emoción en los instantes finales. Hubo un poco de todo, un público entregado desde el principio a la URSS, una estrella provocativa como Drazen Petrovic, un Sabonis dispuesto a la venganza, una canasta de tres puntos que provocó una prórroga, tres canastas soviéticas en los últimos 40 segundos, cortes, de manga de Sabonis al banquillo soviético, abrazos entre público y jugadores soviéticos y declaraciones duras del técnico yugoslavo, Cosic, acusando a la Prensa española de haber puesto al público en contra de su selección.El partido comenzó con juego de escasa calidad, pero mucha tensión entre los jugadores. Se advirtió que los soviéticos sufrían también del síndrome de Petrovic, quien empezó a provocar personales y a decidir el encuentro. Finalmente, el público animó tanto a los soviéticos que éstos lograron romper un tanto su frialdad y provocar un final caliente, lleno de nervios. La prórroga fue igualada, pero Yugoslavia acusó el golpe. Hasta Petrovic falló.
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