La ciudad de Madrid y el Parlamento guardan tres minutos de silencio en repulsa por el atentado
Numerosos vecinos de Madrid y el Parlamento español guardaron ayer tres minutos de silencio en repulsa por el atentado terrorista de¡ pasado lunes, que costó la vida a nueve miembros de la Guardia Civil y cuya autoría reivindicó ayer ETA Militar. Previamente se celebró en la Dirección General de la Guardia Civil el funeral por las víctimas de la acción criminal. Finalizado el acto, unos 200 ultraderechistas lanzaron gritos contra la Monarquía y el Gobierno. Un miembro de la Policía Nacional que formaba parte del cordón de seguridad resultó agredido al recibir el impacto de una piedra lanzada desde los grupos que coreaban consignas ultras.
A las nueve de la mañana de ayer se inició en la Dirección General de la Guardia Civil el funeral por los alumnos de la Aprupación de Tráfico muertos en el atentado de la plaza de la República Dominicana. Se encontraban presentes ocho de los nueve cadáveres, ya que los familiares del guardia civil Santiago Iglesias Godino donaron los órganos de éste.Asistieron el ministro del Interior, José Barrionuevo; el subsecretario del Interior, Rafael Vera; el director general de la Guardia Civil, José Antonio Sáenz de S anta María; el jefe de Estado Mayor de este: cuerpo, Andrés Cassinello; el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina; el alcalde de la capital, Juan Barranco; el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Ángel Liberal Lucini, y el secretario de organización del PSOE. José María Benegas.
El vicario general castrense José Manuel Estepa, aseguró en su homilía que "ninguna ideología justifica tanta sangre", y rogó por que "ningún grupo de locos de ideologías radicalizadas pueda perturbar la convivencia en paz de todos los españoles". "Quienes colaboran en esa siembra de sangre y violencia no pueden ser representantes legítimos de ninguna idea", añadió y dijo que "la Guardia Civil debe reaccionar firme y serenamente en la defensa de la libertad que el pueblo le ha confiado".
Pésame a los familiares
Una vez concluida la ceremonia, el ministro del Interior dio personalmente el pésame a los familiares de las víctimas. La madre del guardia civil José Calvo Gutiérrez sufrió un ataque de nervios en ese momento, por lo que tuvo que ser atendida en los servicios sanitarios de la Guardia Civil.Posteriormente los féretros fueron introducidos en coches fúnebres y llevados a las localidades donde fueron enterrados. El cuerpo de José Joaquín García Ruiz fue trasladado a Briviesca (Burgos); el de Carmelo Bella Álamo, a Granja de Torrehermosa (Badajoz); el de Antonio Lancharrao Reyes, a Monasterio (Badajoz); el de Miguel Ángel Cornejo Ros, a Benicalap (Valencia); el de Jesús Jiménez Jimeno, a Cascante del Río (Teruel); el de Jesús Freixes Montes, a Lérida; el de José Calvo, a Puertollano (Ciudad Real), y el de Andrés Fernández Pertierra, a Málaga. En la hoja de servicio de este último se señalaba que había realizado recientemente unas pruebas para su ingreso en el club de fútbol Barcelona.
Tres minutos de silencio
A la salida de los funerales, un par de cientos de ultraderechistas, que se habían congregado en las inmediaciones de la Dirección General de la Guardia Civil, lanzaron consignas golpistas, gritos antimonárquicos y críticas al Gobierno. Al paso de los coches oficiales, los concentrados lanzaron moneda!; y piedras. Un policía nacional recibió el impacto de una de estas piedras y tuvo que ser auxiliado por sus compañeros.Por otro lado, a las doce de la mañana, decenas de miles de ciudadanos de Madrid paralizaron su actividad, en respuesta a la convocatoria del Ayuntamiento, que había pedido tres minutos de silencio por las víctimas del atentado del lunes. Instituciones oficiales, medios de comunicación, comercios, transportes y vecinos respondieron al llamamiento de Juan Barranco, para quien los tres minutos de silencio supusieron "levantar unánimemente la voz de todos los madrileños, de todos los hombres, mujeres y niños de nuestra ciudad, en un sentimiento de dolor solidario con las víctimas del terrorismo".
Por su parte, el papa Juan Pablo II manifestó su "viva reprobación" por el atentado terrorista en un telegrama enviado ayer al arzobispo de Madrid-Alcalá, Ángel Suquía.
La Asociación por la Paz, que dirige Cristina Cuesta, hija del delegado de la Telefónica asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, convocó ayer a un centenar de personas en el centro de San Sebastián para realizar una concentración silenciosa en protesta por el atentado del lunes en Madrid.
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