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MUNDOBASKET 86

Los oriundos

Ramón Rivas, que ya se ha marchado a casa, es -como lo es su propio equipo, Puerto Rico- bastante mejor de lo que ha logrado demostrar en el mundial español. Rivas es hijo de español y tiene derecho a esta nacionalidad. También lo es Sebastián Uranga, uno de los miembros mas jóvenes del equipo de Argentina que consiguió la proeza frente a Estados Unidos.Según los actuales reglamentos internacionales, Rivas y Uranga podrían actuar como españoles a los tres años de obtener el cambio de nacionalidad. En la selección nacional no podrían, llegado el caso, actuar juntos, ya que desde hace dos años está limitado a uno el número de nacionalizados en los equipos representativos de un país (en los de club no hay tope). Rivas y Uranga son reboteadores de más de dos metros de estatura, de los que en la Liga española siempre serán recibidos con los brazos abiertos. El mencionarlos, pues, no es asunto baladí.

Pero es que hay más. Si Rivas y Uranga hubiesen sido descubiertos a tiempo, cuando tenían 16 o 17 años y nunca habían participado en competiciones internacionales, hubiesen podido ver reconocida su nacionalidad española en el acto y ser utilizados libremente en todas las competiciones, tanto las de aquí como las internacionales.

No son ellos los únicos oriundos interesantes, ni mucho menos. El Barcelona y el Real Madrid ya llevan años buscando en América, y encontrando lo que persiguen... hasta en Moscú (no olvidemos que José Biriukov sería probablemente el base titular de la selección soviética que juega en Barcelona si no hubiese escogido la tierra de sus ancestros maternos). Juan Domingo de la Cruz y Ciço Simón son oriundos que han acabado aquí; Ricardo García ha pasado tres discretas temporadas en Ferrol, y Hernán Montenegro -bastante menos oriundo que los otros-, hoy triunfador con Argentina, fue algún tiempo propiedad del CAI de Zaragoza.

Con todo, la forma más interesante de hacerse con los, oriundos -su localización a una edad muy temprana, que permita una incorporación sin ninguna cortapisa al baloncesto español- sigue sin desarrollarse. Los clubes tienen primitivísimas redes de información en América Latina. Y, francamente, con la estrechez de la cantera autóctona, valdría la pena un esfuerzo de detección. Y sin sonrojarse por ello. Sólo la desinformación o el orgullo mal entendido justifican que no se haga así.

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