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Entrevista a Óscar Alzaga

Digan lo que digan otros, yo no puedo negar la evidencia: hemos perdido. Y hay que afrontarlo con coraje, sin vehemencias rupturistas y sin triunfalismos vanos. Nos hemos estabilizado en el 26%. de los votos; y como eso no permite gobernar, habrá que reconocer que nos hemos estabilizado en la derrota. Yo no quiero echar culpas a nadie, porque eso podría ser hasta deshonesto. Pero me niego a que algunos dirigentes de Alianza Popular intenten apropiarse de todos los votos recibidos en la Coalición, porque eso también puede ser deshonesto. Nosotros nos hemos encerrado a reflexionar, sin ir contra nada y contra nadie, más bien mirando hacia adelante, buscando soluciones que en los próximos comicios de 1987 y de 1990 nos permitan ganar a nuestro auténtico adversario, que es el socialismo. ( ... )Yo no voy a hacer imputaciones ni a los otros partidos de la Coalición ni a don Manuel Fraga, que ha encarnado una candidatura a la presidencia del Gobierno con dignidad y acierto, aunque sin éxito. Ahora bien, tengo la impresión de que las campañas electorales mueven relativamente poco electorado. Las actitudes políticas se van decantando de un modo permanente a lo largo de toda una legislatura, y no sólo en el fragor de una campaña. Llegado el día de las elecciones, se cosecha el fruto de cuanto se haya logrado comunicar con el pueblo durante cuatro años de trabajo. ( ... )

Yo tengo la impresión de que en esta legislatura CP ha seguido una dinámica de mensaje monolítico, simplista y muy escorado hacia la derecha.( ... ) Eso nos perjudica como partido; no permite ensanchar la Coalición desde el centro; no beneficia tampoco a AP y lleva a plantearse que para perder no hace falta coligarse con nadie. Sumandos insuficientes arrojan una suma también insuficiente. Las elecciones del 224 hablan claro: hemos retrocedido respecto a lo que se aglutinó en las autonómicas de 1983. Y aunque en AP el resultado se estime positivo, a nosotros nos parece preocupante. Es más, con la fórmula actual estamos incapacitados para acabar de construir un gran partido democristiano a nivel de los que existen en Europa. Y tropezamos con la falta de voz propia en la Cámara... Para hablar con confianza: en muchas ocasiones, cuando hemos expresado nuestra postura como partido, se nos ha objetado que sólo debía haber una opinión conjunta, la de la Coalición. Y pienso que hemos accedido demasiado a esas pretensiones. ( ... )

Es claro que dependemos de la voluntad unilateral del PSOE, que tiene la mayoría. Pero yo quiero pensar que se impondrá la lógica. Aquí no hay que plantearse el reglamento de la Cámara como si fuera la Biblia, inmutable, porque no es la Biblia. Y ya se han cambiado criterios varias veces, en este punto concreto. Estoy muy sorprendido con esa negativa del CDS, porque contraviene lo que el propio Suárez hizo, siendo presidente del Gobierno, para facilitar a otras fuerzas políticas que tuviesen "grupo", a raíz de las elecciones de 1979, sin ir más lejos. Lo que se está poniendo en evidencia es que a algunos no les interesa que haya un parlamentarismo vivo. ( ... )

Seamos sinceros: nosotros podemos suscribir pactos de cooperación con los conservadores, pero no somos conservadores. Nuestro análisis de la realidad es diferente. Y queremos que se escuche. Y no un día, o en un determinado tema, sino durante los cuatro años de sesiones parlamentarias que vamos a estrenar. Y eso no le va a hacer ningún daño a la democracia ni al pueblo español. Todo lo que va a salir de ahí es un enriquecimiento del debate nacional. La sociedad podrá contrastar entre un centrismo amorfo, como el del CDS, poco homologable con los partidos europeos y bastante más parecido a ciertas fuerzas políticas de América Latina. Pero es evidente que el PDP no demanda voz para competir con el CDS; sabemos bien quién es nuestro adversario. Y tengo serias dudas de que el PSOE pueda sostener en pie el mensaje en que apoya sus campañas electorales: que el socialismo es el futuro, y la Coalición Popular, el pasado.( ... )

Nosotros habíamos aceptado una filosofía que era: si ganamos las elecciones estaremos en un grupo parlamentario conjunto; cosa que, por cierto, no se hace en Europa: los Gobiernos de coalición tienen grupos distintos. Ahora bien, no sólo no hemos ganado, sino que nuestros electores han perdido la esperanza de que con esa misma fórmula se pueda ganar alguna vez. ( ... )

Usted sabe que yo no he tenido, ni creo que tenga nunca, un sentido "profesional" de la política. Ni soy ambicioso de cargos ni necesito salir de este despacho de abogacía para ganarme bien la vida. Así que para perder el tiempo sentado en mi escaño y en silencio, me quedo aquí la mar de a gusto. Pero si he de estar en la política, quiero estar en serio y asfaltando el camino que nos lleve a ganar la próxima vez. ( ... )

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