100 muertos en Suráfrica en tres semanas de estado de emergencia

Una bomba estalló ayer en una comisaría de policía en Ciudad del Cabo e hirió a dos policías blancos, según la Oficina de Información del Gobierno, única fuente autorizada de información. Es la octava bomba que explota en el país desde la imposición del estado de emergencia el 12 de junio, período en el que, según la citada oficina, han perecido 100 personas. El Congreso de los Sindicatos Surafricanos (Cosatu) ha dado al Gobierno una semana de plazo para atender sus demandas y liberara los sindicalistas detenidos.

El Cosatu asegura que, cuando caduque el plazo, adoptará medidas, de las que no se puede informar por la vigente censura.Los dos policías víctimas del atentado de Ciudad del Cabo, uno de los cuales era una mujer, recibieron heridas leves. Con ello el resultado de la campaña de bombas en las tres semanas de estado de emergencia es de tres muertos y alrededor de un centenar de heridos, la mayoría de ellos blancos, según Reuter.

El Cosatu, muy poderoso e influyente entre la mayoría negra, ha dado al Gobierno un plazo de siete días para que se ponga en libertad a los sindicalista detenidos, cuya ausencia, dicen, imposibilita las negociaciones y afecta negativamente a las relaciones laborales, informa . Se calcula que hay alrededor de 220 dirigentes sindicales entre las aproximadamente 4.000 personas detenidas desde la implantación del estado de emergencia.

Lista de mínimos

Esta federacion de sindicatos, que agrupa a unos 650.000 trabajadores, pide que se cree un "movimiento para la resolución democrática de los problemas del país" y ha redactado lo que llama una lista de mínimos que, en caso de ser ignorada, le obligará a adoptar "medidas efectivas" de presión a partir del 10 de julio, de las que no puede informar la Prensa sopena de arriesgarse a pagar multas o ir a la cárcel.[El presidente del Instituto Internacional de Prensa (IPI), Juan Luis Cebrián, y Peter Galliner, director de esta organización, enviaron un telegrama de protesta a las autoridades de Suráfrica por las restricciones a la información en ese país y por la expulsión de Heinrich Buettgen, corresponsal de la televisión germano-occidental].