El Consejo Nacional del PNV rechaza la dimisión de Xabier Arzalluz
Xabier Arzalluz, presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), puso ayer su cargo a disposición del Consejo Nacional (EBB), cuyos miembros rechazaron mayoritariamente la dimisión y ordenaron a Arzalluz que siga en su cargo. No secundaron el voto mayoritario los tres representantes de la ejecutiva del PNV de Guipúzcoa, que era, precisamente, la que había pedido al presidente el abandono de su puesto.
El EBB, también por mayoría, reafirmó que la Asamblea Nacional es la autoridad máxima del partido, frente a la petición del sector crítico para que se abra un diálogo a espaldas de los órganos habituales.Los 12 miembros del EBB, tres por cada una de las provincias en las que está organizado el partido, comparecieron en una conferencia de prensa a las nueve de la noche. Solamente hicieron uso de la palabra la navarra Rosa Miren Pagola, para leer un breve comunicado, y Xabier Arzalluz.
La nota oficial da cuenta de la recepción por Arzalluz de una carta de la ejecutiva del PNV de Guipúzcoa en la que se solicita su dimisión por considerarle responsable de la gestión que ha desembocado en el revés electoral del 22 de junio y para facilitar una solución a la crisis.
Arzalluz, tras la lectura de la misiva, puso la presidencia a disposición de sus 11 compañeros, que acordaron por mayoría no aceptar la renuncia y ordenarle "que continúe desempeñando el cargo que ahora ocupa".
El EBB rechazó, también sin el voto de los tres representantes de Guipúzcoa, el documento suscrito el pasado sábado por Carlos Garaikoetxea y otras seis personalidades del sector crítico, incluidos el presidente y el vicepresidente de la ejecutiva de Guipúzcoa. En este texto se considera imprescindible para la solución de la crisis interna un diálogo fuera de los órganos regulares del partido.
"La Asamblea Nacional, en su actual constitución", afirma la nota del EBB, "es la representación máxima y legítima del PNV, en su aspecto legislativo y de autoridad". Arzalluz, con semblante tenso y gesto severo, explicó que su cargo siempre ha estado a disposición de quienes le nombraron y que, una vez planteada públicamente la petición de que dimita, no le bastaba que sus compañeros se lo pidieran. "Deseaba que manifestaran inequívocamente la orden de que me quede", dijo.
El desempeño de cargos es obligatorio en el PNV en virtud del artículo 15 de sus estatutos y el incumplimiento sin causa justificada de la función para la que un afiliado ha sido elegido da lugar a la apertura de un expediente y puede llegar a ser motivo de expulsión, según recordó el propio Arzalluz.
El presidente del PNV añadió que el Consejo Nacional había examinado el documento de los críticos exclusivamente en lo que se entendía como un intento de restar legitimidad a los órganos de gobierno internos, con objeto de asegurar que considera la Asamblea Nacional expresión máxima de la legítima autoridad del partido nacionalista.
Arzalluz informó que no se había tratado expresamente en el EBB la otra exigencia del documento de los críticos, la readmisión de todos los expulsados, pero insinuó que, una vez aceptados los cauces habituales de diálogo, "es por ahí por donde cualquier tema puede efectivamente ser tratado y ser susceptible de acuerdo".
La crisis y el CESID
Arzalluz ha ofrecido nuevas explicaciones sobre los posibles motivos de la división en el seno del PNV. En declaraciones a La Gaceta del Norte, Arzalluz afirmaba, en contestación a una pregunta sobre quién podría estar tras la corriente crítica: "En la crisis del setenta y nueve sí encontramos personas que operaron con dinero que vino del Gobierno de Madrid y que tenían claras relaciones con el CESID".Por otra parte, informa José M. Vitoria, el Gobierno vasco considera que su gestión ha sido respaldada por los dos sectores enfrentados en el seno del Partido Nacionalista Vasco, según aseguré ayer en Vitoria su portavoz oficial. Eugenio Ibarzábal, en un rápido y caldeado intercambio de preguntas y respuestas con los medios de comunicación, afirmó varias veces que el Ejecutivo autónomo "no aguantará por aguantar" y dejó claro que el Gabinete Ardanza va a continuar gobernando al margen de la crisis en el partido nacionalista.
Ibarzábal, en clara alusión a los últimos rumores sobre la posibilidad de un adelanto de las elecciones autonómicas (la legislatura finaliza en 1988), señaló que en el abanico de soluciones que el Ejecutivo vasco estudia para el futuro, también está la anticipación de los comicios, pero que esa solución no es ni la única, ni siquiera la más respaldada. "Es una posibilidad, pero existen más, como, por ejemplo, que se mantenga la actual estabilidad en el Parlamento vasco", dijo el portavoz del Gobierno de Vitoria.
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