Ronald Reagan,
presidente de los Estados Unidos, no ha tenido inconveniente en confesar al semanario americano People lo que algunos sospechaban: jamás ha visitado la estatua de la Libertad. Lo hará por primera vez cuando el próximo fin de semana encienda la célebre antorcha en los actos del centenario de la vieja dama americana. Sin embargo, recuerda el nudo que se le hizo en la garganta la primera vez que la vio en la bahía de Nueva York, en 1948, a las cuatro de la madrugada, cuando volvía de Inglaterra en un barco.
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