Johan Brouwer
En estos días se cumple el 43º aniversario del fusilamiento por los nazis del gran hispanista holandés Johan Brouwer. Nació el año 1898 en Delfhaven (Holanda). Estudió filosofía y letras orientales en la universidad de Leiden. Jorge Semprún, en su novela La segunda muerte de Ramón Mercader, lo describe así: "Delgado, de estatura mediana, con voz lenta y dulce, cabellos de un rubio rojizo., con gafas de oro". La vida juvenil de Brouwer ya había sido marcada por un doloroso episodio. Acusado de participar en el asesinato de una vieja, asumió toda la. responsabilidad para salvar a su hermano. Cumplida la condena, viaja mucho por las Indias orientales. Regresa. a Holanda y se doctora en letras con una tesis sobre Psicología de la mística española. Gana una cátedra de griego y estudia la historia de España y su cultura. Tradujo a Ortega. y Gasset, Unamuno y Ganivet. Al estallar la guerra civil, en 1936, Brouwer atraviesa Castilla piara llegar a Salamanca, donde sostiene interminables coloquios con Unamuno pocos días antes de su fallecimiento. Regresa a Holanda conmocionado y transformado por la experiencia española: había comprendido que el peligro del fascismo y el nazismo era universal. El 24 de septiembre de 1936 publica, en la revista holandesa Tijd, 'Conversaciones de ultratumba con Unamuno', que reprodujo el periódico La Nación, de Buenos Aires.Vuelve a España en 1937. Trabaja como traductor del general Miaja en la Junta de Defensa de Madrid, y con el novelista Jef Last asiste, como delegado de Holanda, al Congreso de Defensa de la Cultura en Valencia. Entabla cordial amistad con Antonio Machado, José Bergamín, Rafael Dieste, y regresa a Holanda convencido de que no puede permanecer pasivo ante los acontecimientos. Efectivamente, la invasión nazi le sorprende en su cátedra de la universidad de Utrecht, y con los estudiantes comienza a organizar la lucha contra los ocupantes de su país. Por medios clandestinos recibe información de que la Gestapo de Amsterdam tiene preparada una lista de trabajadores holandeses para ser enviados a un campo de concentración en Polonia. Por primera vez en su vida decide emprender una acción violenta y, con un grupo de estudiantes fieles, vuela el edificio de la Gestapo. Nadie sospechó que el profesor de maneras delicadas y galantes, erudito historiador, fuese capaz de una audacia semejante.
La incapacidad de la Gestapo obligó a Himmler a ir personalmente con su estado mayor para descubrir la red clandestina que había organizado el dulce y sabio hispanista. Fue detenido el 1 de abril de 1943 y fusilado el 1 de julio, con 11 de sus compañeros, en un campo cerca de Harlem. Frente al pelotón que iba a ejecutarle recordó, en voz alta, una oración de san Juan de la Cruz: "Ahora te ruego, Señor, que no me dejes en ningún tiempo, porque soy despreciador de mi alma".
Entre sus obras más importantes figuran El fundamento de la mística española y El misterio de España. ¿Cuál es la tesis básica de Brouwer sobre nuestra mística? Piensa que es expresión viva de la energía espiritual del pueblo, del cristianismo popular revolucionario (Bergamín). Frente a un catolicismo que es asunto de Estado, la mística es un negocio particular de la conciencia individual, y es esta singularidad que la hizo sospechosa a la ortodoxia unitaria del nacionalcatolicismo. Para Brouwer, la mística es una herejía ortodoxa, nada semejante al luteranismo. Es la izquierda de la derecha estatal en una sociedad unificada, la explosión de una libertad interior, pero dentro de los límites de la religiosidad católica. A diferencia de los iluminados y de los erasmitas espirituales predecesores de minorías selectas, los místicos españoles expresan el alma de un pueblo, pues, aunque están llenos de sí mismos y ricos de experiencias íntimas, reflejan el estallido de una rebelión, de una protesta sigilosa en el seno de una unidad social y política artificial.
En su obra El misterio de España analiza la diversidad hispánica, nación de naciones, para llegar a la conclusión fundamental de su ensayo: no hay una España, son dos en lucha permanente, "guerra civil de los nacidos" (Quevedo) que sobreviven a todos los cambios y mutaciones. En la historia de España se manifiesta una línea constante de combate entre los que aspiran a una transformación de la sociedad española y los que quieren conservar la existente sin modificarla. Este drama no es el signo fatal de un pueblo condenado a reñir fraternalmente; tiene su explicación histórica en un largo absolutismo político, un continuo dominio clerical-estatal, una agricultura señorial y un capitalismó incipiente. Por estas razones, el contraste violento de ambas Españas está desprovisto de los matices y gradaciones que se acusan en otros países donde también existe el mismo enfrentamiento histórico. La tesis final de Brouwer es pesimista: no cree posible una solución reconciliadora al conflicto de las dos Españas. Creemos ha llegado la hora de rendir homenaje al gran hispanista holandés y heroico luchador antifascista y sea traducida al español su obra o, cuando menos, estos dos libros importantes y significativos que hemos reseñado someramente.
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