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MEXICO 86

Muñoz, obsesionado por la baja de Goikoetxea

ALFREDO RELAÑO ENVIADO ESPECIAL, Miguel Muñoz está obsesionado por la baja de Goikoetxea, según manifestó ayer en el curso de una conferencia de prensa tras el entrenamiento de la selección española. La sesión de trabajo dejó definitivamente descartado para este encuentro a Gordillo. El equipo belga también tiene problemas: su portero Pfaff tiene una torcedura de tobillo, por lo que su participación no podrá decidirse hasta última hora, y dos de sus jugadores de campo han sufrido esta semana el mal del turista. El partido, de los cuartos de final del Mundial 86, se iniciará a las doce de la noche (hora peninsular, por TVE-1).

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Todo el aforo del estadio de Cuahutemoc está vendido y se da por descontado un ambiente no ya favorable, sino apasionado para España. Los dos entrenadores se reservarán hasta el final sus alineaciones.La baja de Goikoetxea es la única sombra en el optimismo de Muñoz, que en la conferencia de prensa de ayer estuvo alegre y ocurrente. Sólo se puso serio, extremadamente serio, cuando le tocó hablar del defensa bilbaíno: "Es un jugador de importancia extraordinaria, de los que no se pueden improvisar en un día. Realmente, su ausencia es sensible". Una ausencia que, además, se une a la de Maceda, de vuelta ya en España, y que abre un boquete en el centro de la cobertura tanto en lo que se refiere al juego por alto como al de a ras de tierra. Aparte de sus conocidas cualidades, Goikoetxea atraviesa un espléndido momento de forma.. En los cuatro partidos jugados ha estado entre los mejores.

La baja de Goikoetxea abre dudas en el equipo. Parece claro que la defensa estará compuesta por Tomás y Julio Alberto, como laterales; Camacho, como marcador central, y Gallego, como libre. Pero, si la composición de esta línea parece clara, en el centro del terreno se abre la interrogante de si Muñoz decidirá repescar a Francisco, que quedó fuera del conjunto inicial ante Dinamarca, o si recurrirá a Chendo para marcar por todo el rectángulo a Ceulemans, el más adelantado de los medios del cuadro belga. Con eso reforzaría el sistema defensivo de la selección. Son fijos en la media Víctor, Michel y Calderé. Delante, aunque Muñoz no se ha pronunciado aún, parece: muy probable que entre Eloy desde el principio en vez de Julio Salinas. De éste dijo Muñoz que es un buen jugador, pero que aún le falta algo de experiencia para responder en los niveles de máxima responsabilidad que plantea un Mundial, lo que no deja de parecer una crítica velada. Julio Salinas ha jugado mal hasta ahora.Partido defensivo

Se espera un partido defensivo por arribas partes. El campeonato está demostrando hasta el momento que el que: se: coloca por detrás en el marcador corre el riesgo de ser goleado, aunque los dos contendientes de hoy han tenido el mérito de ganar sus anteriores eliminatorias, ante Dinamarca y la URSS, remontando un resultado adverso. De los belgas se: espera que salgan, con una defensa de cinco hombres, a esperar atrás. Su equipo es bueno y está muy hecho, pero muchos de sus elementos están pasados de edad. Hasta el momento no ha enamorado, aunque se le reconozca cierta eficacia. Se clasificó tercero en el grupo de México, tras perder con la selección anfitriona, empatar con Paraguay y ganar por la mínima diferencia a Irak. No era una buena tarjeta de visita para presentarse ante los soviéticos, pero se le dio bien y tuvo suerte.

Pfaff, con dolencia de tobillo, es dudoso. Se trata de un gran portero, de los de mayor prestigio en Europa. Juega en el Bayern de Múnich y, a sus 32 años, tiene todo lo que necesita un guardameta: presencia, seguridad y rapidez de movimientos. Si no juega, lo hará Munaron, del Anderlecht, aquél al que el Madrid le metió seis goles hace dos temporadas, tres de ellos por parte de Butragueño. Es un buen cancerbero, pero inferior, sin la menor duda, a Pfaff. La defensa estará formada por el veterano Gerets y el joven y fogoso Vervoort, en los laterales, y el también joven y espléndido De Mol, en el centro, a cuyo lado estará Renquin, si se repone del mal del turista, o Van der Elst, si no es así. Y cerca de ellos, o metido en la línea, Grun, medio defensivo o defensa central, o Broos.

La media es lo mejor del equipo. Tiene en las bandas a Scifo, buen manejador del balón, aunque de fútbol un poco corto todavía, y a Vercauteren, de espléndida pierna izquierda, y en medio, a Ceulemans, hasta no hace mucho uno de los mejores atacantes del continente y ahora reconvertido en un media punta magnífico. Ante la URSS fue la gran baza que permitió a Bélgica rayar a una altura inesperada. Arriba quedan Veyt y Claesen, que no descuellan dentro del nivel medio de los delanteros del campeonato. Bélgica también ha sufrido bajas: la del goleador Vandenbergh y la del medio Vandereycken. La del primero de ellos tiene importancia.

Cabe esperar un encuentro en el que los dos equipos se esperen uno a otro y envíen muchos balones, pero poca gente para acompañarlos, a sus puntas. La duda es quién marcará el primer gol y si el que lo reciba será capaz de buscar luego el partido en campo contrario sin dejar demasiado despoblado el propio. Desde luego, obsesiona marcar por delante. Los jugadores españoles se conjuran una y otra vez para no Caer en el pecado de la confianza, pero les rodea un ambiente eufórico, al que es difícil que se sustraigan. El público será apasionadamente proespañol y, del mismo modo que puede actuar en el ánimo del árbitro para hacerle benevolente con España, eso puede crear dificultades al equipo español, pues nadie va a entender que España especule y ofrezca un juego aburrido. El ambiente va a empujar al conjunto a jugar con generosidad, algo sin duda elogiable, pero tácticamente desaconsejable ante un equipo tan experimentado como el belga.

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