Porta no manda nada

La colección de cobistas de la federación española, abundante y ociosa, que acompaña al equipo de un lado para otro tiene un extraño interés en vender una idea: Pablo Porta manda mucho en la FIFA. Desde que dejó la federación, Porta ocupa varios puestos más o menos fantasmas en la FIFA, entre ellos el de una comisión para modificar el reglamento que en el mismo momento de constituirse ha anunciado que el reglamento no necesita de ninguna modificación porque es perfecto."Porta manda mucho", dicen. "Va del brazo de Havelange a todas partes". Y, sin embargo, el tratamiento que le están dando a España en materia de árbitros refleja bien a las claras que Porta no manda nada. A Porta no le hacen ni caso. Bien es sabido que en las alturas del fútbol las influencias sólo sirven para que a uno le coloquen árbitros benevolentes. Y España no los está teniendo. Bien está que a Michel le quitaran un gol contra Brasil, porque, al fin y al cabo, nunca vamos a esperar que un árbitro le falle al mismísimo Joâo Havelange, brasileño él. Pero es que en otros partidos tampoco ha conseguido España un arbitraje correcto. Contra Argelia, un árbitro japonés dejó a los argelinos golpear impunemente a los españoles. Y ayer el árbitro pitó en todos los casos de duda en contra de España. Definitivamente, Porta no manda nada. España ha llegado a los cuartos de final nadando contra corriente.