La incógnita del codiciado voto juvenil
Partidos y coaliciones luchan por atraerse al los dos millones de jóvenes que se incorporan al censo
"Ayúdanos a demostrar que con otro estilo de Gobierno España puede y debe salir adelante". Con estas palabras concluye la carta dirigida por el presidente de la Coalición Popular, Manuel Fraga, a los jóvenes que se incorporan por primera vez a las urnas el 22 de junio próximo y en la que les pide que te den. su voto en las elecciones generales.También el candidato socialista a la presidencia del Gobierno de la nación, Felipe González, se ha mostrado especialmente sensible a este sector, ante el que presentó personalmente el programa para la juventud elaborado por el PSOE en una discoteca madrileña.
En tino y otro caso resulta muy difícil evaluar el impacto que sobre esta nueva hornada de españoles que adquieren la categoría de ciudadanos tienen hoy los mensajes políticos. La incógnita se mantiene incluso retrospectivamente porque no existen datos fiables sobre el comportamiento que tuvieron los más jóvenes en las pasadas elecciones generales.
Todo el material disponible son encuestas realizadas con anterioridad a esa fecha, en las que se pretendía medir la intención de voto (le este sector social, o entrevistas posteriores realizadas para averiguar la actitud mantenida en las elecciones.
Sin cambios en la participación
Así, tina encuesta previa a la convocatoria de 1982, realizada por el propio partido socialista en julio de: ese año entre 3.725 jóvenes de ambos sexos, revelaba una intención de voto hacia este partido de un 23% de los encuestados con 20 años de edad frente al 4,9% que anunciaba su intención de votar a la desaparecida UCD, al 4,2% que se manifestaba inclinado a Alianza Popular y al 21,7% que se decidía por la abstención.
Bien es cierto que la tendencia al voto de izquierda, representado por los socialistas disminuía varios puntos al recoger las respuestas femeninas y entre los jóvenes de ciudades de más de un millón de habitantes. La misma encuesta arrojaba como dato curioso una similar tendencia mayoritaria al socialismo tanto entre los hijos de empresarios agrícolas, empresarios de servicios o independientes y capataces como entre los hijos de trabajadores no cualificados y cualificados.
"Hoy se mantienen, más o menos, las mismas actitudes de participación en los jóvenes", afirma Julián Santamaría, director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que elabora estos días numerosos sondeos electorales a los que no se ha dado publicidad. No obstante, sí reconoce el director del CIS que avanza en este sector de la sociedad la abstención, "pero se trata de una constante en toda Europa", si bien Italia y, especialmente, España parecen desmarcarse de una tendencia general de los jóvenes hacia posiciones cada vez más conservadoras.
"Lo que es a mí, me importa bien poco eso de poder votar. Total, la gente que votó al PSOE por un programa luego se ha encontrado que han hecho lo que les ha salido de las narices. Yo no sé todavía lo que haré". Natalia Alonso acaba de cumplir los 19 años y es éste su primer encuentro con la democracia participativa. Vive en un barrio obrero de Madrid y estudia en la universidad Complutense el segundo curso de Ciencias Geológicas.
Desencanto juvenil
"Yo", dice Natalia, "veo este sentimiento en mi casa y entre los compañeros de la facultad, que te dicen que, si votan, será, desde luego, a cualquiera antes que al PSOE. Para que luego hagan con tu voto lo que quieran...".
Para el catedrático de Técnicas de Investigación Social de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la universidad Complutense, Jesús Ibáñez, esta actitud de cierto desencanto se produce entre los jóvenes españoles por dos problemas esenciales.
"En primer lugar", dice, "por un problema de forma, y es que la democracia parece circunscribir la participación en el sistema al voto. Es como si éste fuera el único vínculo del ciudadano con la democracia. De otro lado, hay un problema de fondo, y es que el conjunto de opciones políticas que comparecen en estas elecciones no representa el conjunto de aspiraciones de la gente, y mucho menos. de los jóvenes".
"Esto se ha visto especialmente claro en el caso del referéndum sobre la permanencia de España, en la OTAN", añade Jesús Ibáñez. "Uno veía las concentraciones masivas de gente, mayoritariamente joven, contra la Alianza Atlántica y, sin embargo, en el Parlamento, las fuerzas políticas se mostraron favorables a esa permanencia".
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