De México
Era inevitable: la buena imagen de México la recordaba siempre en los tiempos amargos del franquismo. Con los despachos de José Comas, una especie de fe de erratas de lo que ahí ocurre, sería imposible que hoy un español pensara como en aquellos momentos. Eran otras épocas, en las que no se vislumbraba la crisis mexicana actual, sino sólo la imagen del México que abrió sus puertas al "español del éxodo y el llanto", como dijera León Felipe, y que décadas después apoyó activamente (y de varias formas) la transición de los setenta.México, dice el economista mexicano Rolando Cordera, ha producido de todo. En este siglo ha sido capaz de hacer una revolución; de crear un partido político (el PRI) de exasperante sobrevivencia, tan criticado como imitado; de mantener 30 años un asombroso crecimiento económico; de soportar una ingrata vecindad geográfica..., y de sufrir ahora una de sus peores crisis.
A contrapunto, por si fuera poco, la Administración de Reagan ha aumentado su presión contra su vecino sureño, y ciertos sectores de la Prensa norteamericana, utilizando métodos descritos por Chomsky, se han encargado de servir a los intereses de la Casa Blanca, generando además el seguidismo de diarios de otras naciones.
Esa suma de elementos ha dado por resultado que la crisis mexicana, sus males y enfermedades, se vean barnizadas en las páginas periodísticas de sensacionalismo y amarillismo.
El señor Comas ha preferido, por lo visto, subrayar sólo vicios -que los hay- y no virtudes, emplear adjetivos y no argumentos, enfatizar la crítica en vez de la ética, repetir una y otra vez nuestros males sin analizar la sustancia de las cosas. ¿Le costaría mucho trabajo recorrer el país y decir lo que pasa con la inversión y el empleo? ¿No podría ver más allá de su nariz la realidad mexicana? ¿Sería demasiada carga haber informado de la reciente actitud francamente intervencionista y provocadora del Congreso norteamericano en torno a México y de la significativa movilización pública de todas -subrayo, todas- las fuerzas políticas precisamente en defensa de la soberanía nacional y en contra del comportamiento de Washington?-
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