Allan Simonsen

ENVIADO ESPECIALLa historia de este pequeño gran hombre es de las más hermosas del fútbol mundial. No se puede llegar más alto siendo tan chico. Aquí, en México, dirían que este caballero es "chiquito" pero "picoso". Representa a Dinamarca, a ese fútbol que ha tratado de demostrar su categoría sembrando Europa de grandes jugadores. Tiene ya 34 años, pero sigue con esa cara de niño bueno, pillo pero bondadoso: Mide 1,65 metros y está en lo más alto del fútbol mundial.

Allan Simonsen, ése es su nombre, nació el 15 de diciembre de 1952, en Vejle. Después de los Juegos Olímpicos de Múnich fue traspasado al Borussia Monchengladbach, donde anotó la friolera de 76 tantós -a una media de más de dos goles por partido- y conquistó tres campeonatos consecutivos. A continuación llegó al Barcelona, y en una de esas desafortunadas actuaciones de la directiva barcelonistal fue incluso presentado -estuvo en la tribuna del estadio de Beveren de la mano de Joan Gaspart- mientras el conjunto azulgrana luchaba por la coniquista de la Recopa de 1979, que acabaría ganando. Después problemas y más problemas, soportados estoicamente por esta gran persona que pasaría a la historia azulgrana con el nombre de Simonet, pequeñito, todo corazón, aun todo barcelonismo. Tras ser desafortunadambrite,cedido a un conjunto de Segunda División inglés, el Charlton City, Allan tomó una decisión sensata, cariñosa: firmó por el club que le vio nacer, entró de nuevo en el vestuario donde se calzó su primer par de botas, regreso a Vejle.Ahora, después de superar numerosos y graves problemas -como su espectacular doble, rotura de la tibia derecha en el partido inaugural ante Francia de la Eurocopa de Naciones de 1984-, Simonsen se ha presentado en México con el número 14 de la selección danesa. Ése es el número que merece Simonet, el número que hizo famoso el holandés Johan Cruyff, que, al igual que Allan, ganó el balón de oro, el máximo galardón que puede ganar un futbolista europeo. Johan se lo llevó en tres ocasiones (1971, 1973 y 1974), mientras el pequeño danés lo recibió en 1977. El 14 es un número reservado para la historia.

"Somos un país pequeño y lejano", comenta Simonsen cuando habla de la presencia de Dinamarca en México, "con pocas oportunidades de mostrarnos en la escena internacional. Esto implica también una gran responsabilidad. Hemos logrado dominar una alta técnica, con fútbol fuerte y agresivo. Además", termina diciendo Allan, "poseemos individualidades capaces de decidir el resultado de un partido en cualquier momento". Sabe que no formará parte del equipo titular, o que si lo hace será únicamente hasta que le aguanten las fuerzas, no siempre hasta el minuto 90. Pero cuando salga intentará jugar ofensivamente. No sabe defender, sólo atacar. Velocidad en 20 metros, habilidad en un palmo de terreno, precisión dentro del área. Ha vestido en 54 ocasiones la camiseta de Dinamarca.

Lamenta que los mejores Jugadores hayan tenido que emigrax para convertirse en verdaderos profesionales del fútbol. Si él lo hizo, ¿por qué no entender que Michael Laudrup, esté en la Juve, Soren Lerby en el Bayern de Múnich, Jan Molvy en el Liverpool o Preven Elkjaer en el Verona? "Es necesario prornover nuestro fútbol y tal vez ésa sea una de las maneras". Como lo es la que ha utilizado él, volver a Vejle. "En mi país no se puede vivir del fútbol".