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MÉXICO 86

Miguel Muñoz recompone el centro del campo español ante el debú frente a la selección de Brasil

Guadalajara es una fiesta y el invitado es Brasil. La torcida llena las calles de ruido y color. Son sólo 6.000, pero parecen muchos más. Las 70.000 entradas para el partido de hoy (ocho de la tarde, hora peninsular, TVE-1) están vendidas y el equipo brasileño ha recuperado el optimismo al acercarse el encuentro, a pesar de que ya parece decidido que Zico no jugará de salida. En cambio, en el conjunto español hay preocupación. Calderé padece salmonelosis y Gordillo no está repuesto aún de una afección intestinal. Les sustituirán Víctor y Julio Alberto.

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Miguel Muñoz, el seleccionador nacional, tiene pensado su equipo desde hace meses. En el curso de la concentración en Tlaxcala sólo decidió hacerle un retoque. Vio a Calderé en mejor forma que a Víctor y, entre eso y que el primero es jugador con más llegada a la puerta contraria, decidió sacrificar al segundo. Con esa idea ha planteado sus partidos de entrenamiento en México. Sin embargo, a la hora de la verdad, se encuentra con que no podrá contar con Calderé, víctima de algo que debió de comer en la tarde del lunes, cuando los jugadores tuvieron libre. Y tampoco podrá contar, al parecer, con Gordillo, el jugador que más confianza le inspira; quizá porque aún espera su recuperación, no confirmó, por primera vez en la víspera de un partido, la alineación.El entrenador estaba por eso algo preocupado ayer, aunque el problema no es grave porque tiene hombres para hacer la misma función que los que quedan fuera. Uno es, por supuesto, Víctor, que recupera así el puesto que estuvo a punto de perder y que estará en el centro del campo junto a Francisco, despejándole el camino con sus entradas duras. Y el otro es Julio Alberto, que desplegará sus carreras por el pasillo izquierdo, el de las correrías de Gordillo.

España juega en campo contrario. Aquí la inmensa mayoría va con Brasil. Y no hay que reprochar a los tapatios -así se llaman los habitantes de la Gudalajara mexicana- que tengan este favoritismo. Hace 16 años, Brasil trajo aquí el mejor fútbol del mundo, junto a esa gloriosa y continua fiesta ambulante que constituye su afición, lo que ahora se repite. Quizá la historia del fútbol no haya dado nunca un equipo tan bonito como aquél y los tapatios quedaron desde entonces definitivamente enamorados de las camisetas auriverdes y de la palabra Brasil, que aquí tiene ecos mágicos.

Se recuerda de aquel Mundial que a veces los jugadores brasileños salían del hotel y bailaban la rumba por la calle con la torcida. Eran tiempos, en que no existían las medidas de seguridad en tomo a los grandes deportistas que ahora se ven y que empezaron a desarrollarse a raíz del atentado de un grupo árabe contra la delegación israelí en los Juegos Olímpicos de Múnich 72.

España tiene un fútbol simple, eficaz y conocido. La defensa, simplemente, defiende; los laterales apenas suben y a ninguno de los cuatro de atrás le importa reventar la pelota contra la grada sí hace falta. Constituyen una línea eficaz y compenetrada. En la media, Francisco lleva el mando del equipo y se sitúa en el centro geométrico del mismo; Michel y Julio Alberto ocupan las bandas derecha e izquierda, respectivamente, y Víctor despliega su enorme actividad por todas partes, pero preferentemente junto a Francisco, al que abre el camino. Delante, Julio Salinas tiene la misión de entretener la pelota mientras el cuadro sube y Butragueño juega con total libertad, entregado a su inspiración, que es la gran arma de España.

Butragueño, un ídolo

Butragueño es ídolo aquí gracias a las transmisiones por televisión de todos los partidos del Real Madrid. Gracias también a esas transmisiones, entre las que se encuentran, por supuesto, las goleadas en el Bernabéu en la Copa de la UEFA, el fútbol español merece un enorme respeto a los mexicanos, que consideran a la de Muñoz como una de las selecciones favoritas de las 24 participantes.

Brasil trae un equipo bastante renovado y, desde luego, compuesto muy a última hora. Se sabe que sus laterales sí suben y que la media se coloca en forma de rombo, con Alemao atrás, justo por delante de la defensa, distribuyendo juego, y Sócrates más adelantado, en la media punta, en el puesto que ocupará Zico el día que salga. En las bandas estarán Elzo y Junior. Y arriba, las dos ces, Casagrande y Careca. Es un conjunto que ha atravesado problemas, pero en torno al cual ha aparecido el optimismo a última hora.

El España-Brasil de hoy es, según todos los comentarios, uno de los grandes partidos del Mundial. Es, desde luego el más esperado de esta primera fase y, por eso y por el idilio entre Guadalajara y Brasil, se entiende que aquí no haya una sola entrada y que los reventas se atrevan a pedir hasta el equivalente a 50.000 pesetas por una. En México DF los periódicos publican anuncios, algunos de gran tamaño, animando a la gente a comprar localidades. Pero en Guadalajara los descuidados que han dejado para última hora la tarea de proveerse de una entrada deambulan desesperados, entre el sonar del claxon y el agitar de las banderas de la torcida, en busca del papelito mágico que les permita entrar en el estadio de Jalisco.

Alineaciones probables:

España: Zubizarreta (1); Tomás (2), Goikoetxea (8), Maceda (4), Camacho (3); Michel (21), Francisco (17), Víctor (5), Julio Alberto (11); Butragueño (9) y Julio Salinas (19). Posibles suplentes: Urruti (13), Ablanedo (22), Chendo (15), Gordillo (6), Señor (7), Setién (12), Gallego (14), Carrasco (10), Eloy (20) y Rincón (16).

Brasil: Carlos (1); Edson (2), Julio César (14), Edinho (4), Brajaco (17); Alemao (15), Sócrates (18), Junior (6), Elzo (19); Careca (9) y Casagrande (8)., Posibles suplentes: Paulo Vitor (12), Leao (22), Josimar (13), Mauro (16), Oscar (3), Silas (20), Valdo (21), Zico (10), Müller (7) y Edivaldo (24).

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