_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Suquía

Lo ha dicho el cardenal Suquía: "Todas las crisis de la Iglesia las superan siempre los santos". El cardenal ha clausurado el ciclo de balance sinodal del Postconcilio. Nuestro arzobispo, el arzobispo de Madrid, monseñor Suquía, nos ha recordado que "la diócesis madrileña no puede proyectarse hacia el futuro sin tener en cuenta las enseñanzas del Vaticano Il". Distante, papalicio, elocuente, refulgente, monseflor Suquía es un pastor con cayado de oro, que no ha conseguido ni intentado nunca pastorearnos a los madrileños, ni de cerca ni de lejos, ni como pastor de almas ni como he¡deggeriano "pastor del ser". Ahora, monseñor Suquía expresa abiertamente su aristocratismo vaticano: "Las crisis las superan siempre los santos". Frase con la que, por una parte, margina a quienes él llama "los teorizantes", o sea, los nuevos teólogos y los cristianos críticos. Y, por otra parte, olvida y aleja la tradicional "fe del carbonero" (el pueblo siempre tiene una carbonería). Santa Teresa, San Juan, San Ignacio, son la santísima trinidad mística, irracional, iluminada, que nos presenta Suquía, promocionando una "pastoral de santidad", frente al racionalismo/humanismo inicial de Juan XXIII y el Vaticano II, que ahora se pretende desarrollar, cuando en realidad se trata de cambiar el expediente de negociado, en el cielo. A medida que el hombre va conquistando su propia razón y racionalizando, mundanizando el mundo, entoña en la Iglesia un nuevo brote de irracionalismo, un salto atrás, oscurantista, casi ocultista, que está encarnado y animado, aquí en Madrid, por monseñor Suquía, frente a tantos curas jóvenes, "sociales", "obreros", como el que hace poco me escribía en este periódico desde lo más terrestre de su fe.Claro que no se olvidan, Suquía y sus santos, de "una opción preferencial por los pobres", que ya en el enunciado suena a caridad burocrática.

Lejano, vaticanal, insinuante, pontificante, el arzobispo de Madrid no ha condescendido jamás a su pueblo. Pero es que ahora se autosacraliza, abiertamente, en la elite irracional de los místicos. Para "medio fraile", como San Juan, le sobra medio obispo, leproso de oro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_