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La tragedia de Heysel ha dejado secuelas que siguen sin resolverse un año después

La violencia persiste en los estadios europeos cuando, hoy, se cumple un año de la tragedia del estadio Heysel, de Bruselas. Este campo de fútbol no ha terminado de ser reestructurado y desde entonces sólo ha acogido un partido, amistoso. Están pendientes de resolución cuestiones relativas a la extradición de algunos hinchas, indemnizaciones e informes que esclarezcan los hechos. James McGill, de 21 años, británico, cumple una pena de 40 meses de prisión en Bélgica por aquellos sucesos. Es el único que queda en la cárcel.

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Una violencia sin erradicar

El 29 de mayo de 1985 murieron en el estadio Heysel 31 hinchas italianos, 4 belgas,2 franceses y un británico, y 450 personas resultaron heridas,, en los incidentes anteriores a la celebración de la final de la Copa de Europa que disputaban Juventus y Liverpool. La Juventus ganó (1-0) y dedicó el título a las víctimas.Una comisión de investigación creada por el Parlamento belga remitió el pasado mes de julio un informe en el que repartía la responsabilidad por los hechos entre el ministro del Interior, el alcalde de Bruselas, la policía y los organizadores. Este informe actuó indirectamente en la posterior caída del Gobierno belga, luego de que, tras duros debates, el ministro del Interior, Charles Ferdinand Nothomb, rechazara la dimisión. A nivel internacional, no hubo más consecuencias que el cierre del estadio Heysel durante dos años y que la prohibición a los clubes ingleses, durante un tiempo no determinado, de intervenir en las competiciones europeas.

Pero, un año después, perduran algunas situaciones. Mientras el Gobierno británico decidió indemnizar a las, familias de cada uno de los 39 fallecidos con 5.000 libras esterlinas (cerca de 1.200.000 pesetas), el Gobierno belga no ha hecho otra cosa que correr con los gastos médicos originados por el tratamiento a víctimas y heridos. La justicia belga, por otra parte, mantiene aún una petición de extradición a las autoridades británicas sobre aquellos hinchas que han podido ser reconocidos en fotografías publicadas del incidente. El estadio Heysel recibió luego una dotación de 250 millones de francos belgas (unos 700 millones de pesetas) para ser adaptado a las condiciones de seguridad que exigen los tiempos. Sin embargo, Heysel ha sido una sombra desde entonces; se organizó un partido amistoso para irlo rehabilitando, pero las obras no han concluido, y actualmente parece inutilizado, casi inservible.

Un año después, empiezan a despertarse declaraciones el apoyo al regreso de los clubes ingleses a Europa. Los británicos destacan los opiniones de importantes periodistas italianos, que ahogan por la vuelta de equipos como el Liverpool o el Everton a los terrenos de juego europeos. "Basta con comparar la final de la Copa de Europa de este año, con la de la Copa inglesa celebrada cuatro días después para apreciar que la vuelta de los ingleses es indispensable". El aniversario de la tragedia se cumple justo el mismo día en que la FIFA celebra un Congreso en México. La FIFA no ha emitido ningún comunicado sobre el hecho. "Pienso que lo mejor es olvidar esos hechos sangrientos", se limitó a manifestar un portavoz de dicho organismo.

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