Rincón y Carrasco acabaron con las manos en la cabeza por sus fallos

E. P. R., Rincón y Carrasco acabaron el partido amistoso que jugaron el pasado domingo con el equipo suplente con las manos en la cabeza. La segunda selección española ganó por 4-2 (goles de Eloy, dos, Señor y Rincón) a la juvenil mexicana, que el día anterior había conseguido un merecido empate, 1-1, frente a Francia. Ambos jugadores fallaron tantas ocasiones de gol que terminaron desesperados.

No obstante, el ensayo resultó positivo y jugadores como Señor y Víctor, en el centro del campo, y Eloy, en el ataque, demostraron estar capacitados para servir de recambio en cualquier momento en el conjunto titular, hoy por hoy invariable.

Jugar en el cuadro reserva significa salir a dar la cara en cada partido. Después del fracaso de Guadalajara, el segundo equipo de Miguel Muñoz tenía. ganar de demostrar algo. Mientras Gallego se las apañaba detrás para dirigir a dos excelentes juveniles mexicanos prestados para la ocasión y Eloy buscaba ansiosamente el desmarque, Víctor y Señor se mostraban infinitamente superiores a Setién y Carrasco en el centro del campo. El barcelonista tuvo una desafortunada actuación, pues lo intentó casi todo y no le salió casi nada. El atlético anduvo sumamente despistado durante todo el partido. Y es que, en el fondo, todos ellos saben que el conjunto está hecho y lo único que intentan es mantener viva en su interior la esperanza de jugar en este Mundial. Como dice Muñoz, dos, tres, hasta cuatro de ellos pueden tener su oportunidad, seguro.

La selección española jugó con Urruti (Ablanedo, m. 54); Chendo, Gallego, Escobedo, Arieta; Víctor, Setién, Señor, Carrasco; Rincón y Eloy. Tras el gol mexicano, a los 38 segundos de juego, Eloy marcó en el minuto 28 y volvió a hacerlo en en 31, Señor hizo el tercero en el 34, México redujo diferencias de penalti en el 50 y tres minutos más tarde Rincón cerró el marcador.