La pretendida reforma de los trabajos portuarios en el Estado español

Por otro lado, y desde principios de los años sesenta, la rapidez en las operaciones portuarias va adquiriendo una importancia creciente, debido al mayor costo de estancia de los barcos en los puertos, teniendo éstos que acomodarse tanto en sus aspectos técnicos como laborales a los nuevos cambios.A través de un análisis pormenorizado de las realidades presentes en los puertos europeos podemos concluir diciendo, sin ningún temor a equivocarnos, que, en el caso de existir una voluntad firme de que los puertos del Estado alcancen las cotas de eficacia de los puertos europeos, las premisas de las que se deberá partir deberán ser las siguientes:

-Implantación, a nivel de cada unidad portuaria, de mecanismos e instrumentos que permitan el establecimiento de un régimen de competencia, no sólo entre puertos de diferentes naciones, sino entre los puertos del mismo Estado y entre empresas operadoras dentro de un mismo puerto.

Esta filosofía imperante en los países más progresistas del área comunitaria conlleva actitudes sociales y económicas que es importante resaltar.

-Las empresas operadoras de mercancía implantadas en estos puertos se encuentran dotadas de una organización que posibilita una venta de servicios portuarios a precios competitivos y con un dimensionamiento ajustado a su capacidad. de manipulación de cargas. Esta venta de servicios con métodos comerciales atrae nuevos tráficos, generando más riqueza y más empleo.

-La gestión empresarial de las operaciones portuarias impulsa, por una parte, la optimización de procedimientos y la racionalización de operaciones y utillaje y buscando en las innovaciones tecnológicas y en los procesos de informatización la respuesta eficaz para la consecución de este objetivo.

Respuesta eficaz

-Este proceso dinámico de permanente evolución no sería posible con la motivación del personal empleado por las empresas, fomentando su continua formación y especialización, funciones que cobran especial relevancia y que obligan a las empresas a financiar centros y escuelas de formación que posibiliten esta tarea.

-Por último, no queda sino hacer mención al apoyo y a la identificación del conjunto de la sociedad con la actividad portuaria y marítima en general, viendo en ella un soporte básico para la potenciación del desarrollo económico integral del país.

La pretendida reforma de los trabajos portuarios impulsada por el Gobierno central viene a dar respuesta, aunque sólo sea en parte, a esta problemática, ya superada en otros países de nuestro entorno.

Efectivamente, la solución planteada en la reorganización de las labores de carga y descarga en los puertos puede ser un paso adelante, siempre y cuando este proyecto, que no termina de ver la luz, se ajuste, en la medida de lo posible, a los siguientes puntos:

-Consideración de las empresas operadoras de cada puerto, como dinamizadoras fundamentales de la explotación comercial del mismo, garantizándose de esta forma la prestación de un servicio público eficaz.

-Necesidad de que las citadas empresas se doten de los medios y recursos económicos y humanos necesarios, buscando un dimensionamiento óptimo tanto en sus cuadros directivos y personal administrativo como del personal que realiza las labores de carga y descarga.

-Necesidad de la creación, por ,las empresas que deseen asociarse, de un instrumento regulador que pueda hacer frente a las fluctuaciones propias de la actividad portuaria, como fuente de mano de obra marginal con la que las empresas puedan complementar la suya propia.

-Este instrumento asumiría la responsabilidad de su propio dimensionamiento, organización, disciplina interna y financiación, que se realizaría en base a las aportaciones de las empresas asociadas.

Medios adecuados

-Establecimiento de los medios adecuados que posibiliten la: formación y especialización de los trabajadores portuarios, a fin de responder adecuadamente al creciente avance tecnológico, logrando de esta manera un incremento en la productividad del puerto.

Conviene clarificar que la polémica actual no debe plantearse en términos de privatización, de los puertos -opción conservadora- frente a explotación pública -opción progresista- El debate debería centrarse entre el mantenimiento de una estructura rígida, que da lugar a una actividad sobredimensionada, con grandes costos para la economica, o dotar a nuestros puertos de una organización que los haga eficientes y competitivos.

La pretensión del colectivo de trabajadores portuarios de incluir a los fijos de empresa en un censo común para todas las empresas que operan en el puerto de Bilbao, lejos de ser una opción progresista, conduce a la desmotivación de las empresas por la realización de una gestión eficaz de sus recursos, así como de los trabajadores por su especialización y promoción. Igualmente, la autoridad portuaria acusará una falta de iniciativa por impulsar el desarrollo del puerto en todos sus aspectos.

Para concluir, y dado que la responsabilidad de la gestión directa de los puertos, de interés general, todavía permanece en manos de la Administración central del Estado, esperamos que las observaciones desde aquí realizadas sean una aportación creativa y se vean reflejadas, con carácter urgente y en la medida de lo posible, en el instrumento que nos permita solucionar adecuadamente estos problemas.