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Victoria española sobre el Guadalajara en el primer partido de entrenamiento bajo el fuerte sol mexicano

La selección española de fútbol derrotó ayer (1-2) al Guadajalara, equipo de la Primera División mexicana, en el estadio Tecnológico de esa ciudad. Un oportuno gol de Julio Salinas, tras Jugada de Butragueño a los 40 minutos de juego, y un espléndido disparo de Calderé desde fuera del área fueron suficiente renta como para jugar cansinamente en el último cuarto de hora, donde los mexicanos, gracias a una falta indirecta que remató Gutiérrez, consiguieron el tanto del honor. El encuentro sirvió, principalmente, de ensayo con vistas al ambiente y al calor que sufrirá la selección española en sus futuros compromisos mundialistas. El sol ayer se lanzó despiadadamente sobre las cabezas de los 16.000 espectadores y los 27 actores del lance. Lógicamente, los 35 grados de calor afectaron seriamente el rendimiento de los españoles.

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Fue un partido amistoso en medio de una verbena. El público mexicano acude al estadio a pasar un buen rato; y si puede ver buen fútbol, mejor que mejor. Pero ellos están allí para divertirse. Ayer no cesaron de levantarse progresivamente en abanico con los brazos en alto, en un bonito carrusel de manos y cánticos. No se cansaron de gritar a los policías "¡que bailen los pitufos!", de silbar a las chicas y de lanzarse vasos y bebidas de una localidad a otra. Frente a ellos, la selección española trataba de tomar contacto con el terreno de juego, muy irregular, y de habituarse a la altura y al calor. El rival intentó hacerlo lo mejor posible, pero siempre debió jugar a expensas del conjunto español: la defensa y el centro del campo realizaron un buen partido.

La zaga española únicamente sufrió dos momentos de peligro. El primero, en el minuto 71, cuando Maceda sacó sobre la misma línea de gol un disparo de Arias, y el segundo, en el gol de Gutiérrez que, curiosamente, es el primero que encaja Zubizarreta en los últimos seis encuentros con la camiseta española, aunque este partido no cuenta como internacional.

Los españoles controlaron el partido con habilidad y paciencia. Atrás no tuvieron problemas. En el centro del campo, Michel y, sobre todo, Calderé fueron los mejores. El madridista dominó el pasillo derecho, mientras que el barcelonista se convirtió, pese a sus molestias en la garganta, en el mejor jugador del conjunto español, no sólo trabajando para recuperar balones sino apoyando con categoría el juego ofensivo de su equipo. Francisco pareció algo desconcertado, y Gordillo sigue mostrándose como el más débil de esa zona, sin realizar sus brillantes internadas por la banda izquierda. Delante, Julio Salinas y Butragueño siguieron rayando a gran altura, aunque a veces estuvieron faltos de coordinación. Julio aprovechó un rechace del portero mexicano a tiro del Buitre, para conseguir el primer tanto, y en la segunda parte (minuto 51) estrelló un balón en la cepa izquierda de Ledezma, al rematar a la carrera un centro de Michel.

El calor forzó a Miguel Muñoz a realizar cinco cambios, con el fin de que el partido, pese a ser amistoso, no se le escapara de las manos al conjunto español. El encuentro demostró que es mucho más inteligente realizar partidos amistosos contra equipos inferiores días antes de iniciar el Mundial, que enfrentarse a selecciones poderosas como han hecho mexicanos y belgas, y exponerse a sufrir humillantes derrotas de las que dificilmente pueden extraerse conclusiones. Hoy, España se mediriá con el otro conjunto de Guadalajara de Primera División, el Atlas, en el campo de Los Colonos. Una cosa quedó clara ayer: la afición mexicana está al lado de Brasil.

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