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Paseo de los ciclistas en la penúltima etapa de la Vuelta

ENVIADO ESPECIALLos 112 ciclistas que salieron ayer para disputar la penúltima etapa de la Vuelta a España -la última de montaña-, en protesta por el mal estado de las carreteras, estuviéron más de ocho horas sobre sus bicicletas y llegaron a la meta con 90 minutos de retraso. En algunos momentos su velocidad fue inferior a los 20 kilómetros por hora. El descaro con el que mostraron su desagrado fue tal que pasaron por el puerto de las Palomas, de categoría esencial, agrupados. Venció Mare Gómez y Alvaro Pino mantiene su ventaja de 33 segundos sobre Robert Millar.

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Cosa de dos

El recorrido de ayer constaba de 239 kilómetros y tres puertos de montaña, uno de tercera categoría 31 otro de segunda antes del alto de Las Palomas, equiparado en su homologación a las subidas a los lagos de Covadonga y Sierra Nevada. Se salía de Puerto Real y se llegaba a Jerez de la Frontera a través de carreteras estrechas y sinuosas de la provincia de Cádiz.La etapa no podía ser más bonita -interés turístico al margen- y propicia para que hubiera cambios en la clasificación general.

Lo reunía todo: montaña, llano, toboganes y zonas tradicionales de fuerte viento. Quien algo quisiera allí podría buscarlo. Por eso, Alberto Gadea, el director técnico de la Vuelta, eligió este trazado en. víspera, del término: "Se trataba de mantener el interés de la rueba hasta el final; que hasta el último segundo, el último metro, no se supiera el nombre del ganador. La etapa no era especialmente dura. Las ha habido con mayores dificultades. Los corredores son quienes convierten las etapas en cómodas o duras".

Aburrimiento

Y los corredores, los de ayer, la convirtieron en un paseo. Ellos, sobre sus bicicletas, no desarrollan un esfuerzo ni siquiera notable cuando avanzan a menos de 30 kilómetros por hora. Lo más que les pasa es que se aburren. Eso es lo que se les apreciaba cuando iban camino de la ascensión a Las Palomas. Laurent Fignon, en el centro de la fila de cabeza del pelotón, era quien controlaba el ritmo.

Rafael Carrasco, el director del Kelme, dijo que un corredor suyo le había dicho que Fignon era el cabecilla de esta rebelión. Carrasco puntualizó luego que "no sólo fue Figon, ya qué todos los corredores hicieron el pacto y no había necesidad de dirigir la operación".

Todos. parecieron conformes en protestar con esta marcha lenta, corredores y directores de equipo. La Vuelta estaba ya vista para sentencia porque sólo dos tienen posibilidades de ganarla. A Pino no le interesaba atacar, sino todo lo contrario, y fue el más. beneficiado por la apatía. A Millar, tampoco, porque no podía hacerlo. Se había quedado con el equipo descompuesto después del esfuerzo del domingo para intentar neutralizar la escapada del líder. Los demás no contaban para nada.

El interés general era, pues, claro: descansar sobre la bicicleta. Los córredores han llegado agotados a este final de la Vuelta. La lucha, desde el comienzo, ha sido tan intensa que todos tienen ya encendida la luz de la reserva energética. Gadea tenía razón: "Los corredores son los que hacen dura una Vuelta".

Esos corredores fueron los que la tornaron ayer con Gadea. Entre charla y reparto amistoso de las botellas de agua, entonaron cancioncillas contra el director técnico hasta que la tregua acabó. El punto señalado era 20 kilómetros antes de la meta.

Se produjeron los saltos en cabeza del pelotón y el Kas comenzó a preparar el sprint de Sean Kelly. Fue entonces cuando el colombiano Héctor Pantarroyo vio cerrado el paso por una moto de Televisión Española y salió despedido. Fue retirado en ambulancia con una gran brecha en la cabeza.

Las curvas de los kilómetros finales y el adoquinado de las calles hicieron perder el control de la cabeza a los Kas y Fignon saltó, ccin Jules, tras Recio y Gastón. Pello Ruiz Cabestany, después, también subió arriba. Pero Mare Gómez y Miguel Ángel Iglesias sorprendieron a todos. La foto resolvió la victoria a favor de Gómez, que ya ganó la primera etapa de la Vuelta: "Quería repetir y lo intenté, como en Mallorca, con una escapada en solitario nada más salir. Primerci, el viento me echó para atrás; después, el pelotón me impuso su ley. No me importó porque gané, que era lo que perseguía".

Clasificac iones

Vigésima etapa (Puerto Real-Jerez de la Frontera, de 239 kilómetros): Marc Gómez (Reynolds), 8.07.49 horas. 2º Miguel Ángel Iglesias (Kelme), mismo tiempo. 3º Sean Kelly (Kas), a 7 segundos, dando tiempo al gran pelotón.

General: 1º Álvaro Pino (Zor),97.49.14 horas. 2º Robert Millar (Pariasonic), a 33 segundos. 3º Sean Kelly (Kas), a 4.54 minullos. 4º Raimund Dietzen (Teka), a 5.0 5. 5º Marino Lejarreta (Seat-Orbea), a 6.07. 6º Fabio Parra (Café de Colombia), a 15.15. 7 º Pello Ruiz Cabestan (Seat Orbea), a 6.51. Laure Fignon (Pegaso-Systeme U), a 7.22. Anselmo Fuerte (Zor), a 7.41. 10º. Pedro Delgado (PDM), a 9.38. 11º Lucien van Impe (Dormilón), a 13.02. 12º Iñaki Gastón (Kas), a 14.10. 13º Omar Hernández (Ryalcao), a 16.35. 14º Peter Winnen (Panasonic), a 20.44. 15º Yvon Madiot (PegasoSysteme U), a 20.59. 16º Jesús Blanco Villar (Teka), a 23.23.

Grave accidente en el Giro

El Giro, que este año coincide dos días con la Vuelta a España a fin de terminar antes del comienzo del Mundial de fútbol, se inició ayer en Sicilia con dos medias etapas. En la primera, contra reloj individual, sobre un solo kilómetro y en las calles de Palermo, se impuso el suizo, Urs Freuler, gran especialista de pista y sprinter, con 1.08.374 minutos, a una media de 52,728 kilómetros por hora. Superó a los italianos Saronni (1.09.397), Milani (1.09.650), Bontempi (1.09.940) y Moser (1.10.419). En la segunda, en línea, Palermo-Sciacca, sobre 135 kilómetros, venció, con un segundo de ventaja sobre el pelotón, otro transalpino, Sergio Santimaria, y se enfundó la primera camiseta rosa de la carrera.

La nota trágica corrió a cargo del también italiano Emilio Ravasio, neoprofesional, que cayó a 10 kilómetros de la meta. Volvió a subirse a la bicicleta y terminó la etapa, pero se desmayó poco después y fue ingresado en el Policlínico de Palermo en estado de coma.

Hoy se disputará la segunda etapa, Sciacca-Catania, aún en Sicilia, sobre 252 kilómetros.

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