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Balances contrapuestos

Luis Gómez

El Real Madrid se adjudicó su tercer título de Liga consecutivo desde que la Primera División introdujo la pareja de extranjeros. En este tiempo encontró la continuidad de un jugador, Wayne Robinson, un pívot inicialmente discutido, pero que ha dado una gran lección de regularidad. Curiosamente, Robinson está muy cerca de firmar contrato con el Cacaolat de Granollers. En el panorama nacional, el Madrid completó su dominio, en este período, con la conquista dos veces de la Copa del Rey. Pero a partir de ahora será mucho más difícil: a la falta de Robinson puede añadirse alguna más.

El Barcelona, por su parte, termina estos tres años con un balance negativo en los campeonatos nacionales: no ha ganado ninguno, mientras que su actuación europea ha sido la más brillante tras lograr en dos ocasiones la Recopa y estar presente en una final de la Copa de Europa.

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La consecuencia de todo ello es que el Barcelona se ve obligado a afrontar un nuevo torneo europeo, la Copa Korac, que no debe ser desestimado, puesto que, es evidente para los técnicos, tiene mayor dureza que la Recopa, por poner un ejemplo. El Barcelona tendrá que combatir el próximo año con toda la poderosa artillería de la Liga italiana, la más fuerte del continente, que lo ha dominado hasta el punto de colocar a los dos finalistas en dos años.

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