Domínguez ganó su segundo 'sprint' a Kelly
El pelotón no admitió sorpresas en la segunda etapa de la Vuelta, con salida y llegada en Barcelona y 182 kilómetros de recorrido. Cualquier intento de escapada quedó neutralizado para evitar diferencias como la del miércoles, que permitió a Marc Gómez ser líder. El triunfo se dilucidó al sprint, lo que permitió el lucimiento de un modesto, Manuel Domínguez, al que su compañero de equipo Ruiz Cabestany le situó a rueda de Sean Kelly para después batirlo. Domínguez ya ganó a Kelly el sprint del pelotón en la primera etapa de Palma.
José del Ramo, del equipo Dormilón, fue el primero en anunciar que este año la Vuelta no admite descansos. De salida. se escapó. El pelotón se vio obligado a realizar ayer un intenso trabajo para no permitir la fuga de los muchos modestos que lo intentaron. Las escapadas fueron numerosas desde el principio. Nunca se sabía si por la proximidad de metas volantes, sprints especiales y puertos de montaña (hubo hasta cuatro, pero de escasa relevancia) o porque alguno intentaba repetir la hazaña de Gómez. Por si acaso, el pelotón no se confió. Lo más que consintió fue permitir un escaso distanciamiento de los corredores; soviéticos, que se mostraron muy activos en las metas volantes. La carrera iba rápida, pero nada sucedía. Todo estaba bajo control. Y cuando el pelotón tenía la situación dominada, se dedicaba al sesteo.
Tampoco ningún equipo estaba interesado en enviar a alguno de sus hombres a un desgaste de energías suicida. Al acercarse hacia la meta hubo un pacto implícito de que ya no habría más luchas individuales. Todos apretarían de firme para aumentar la velocidad del pelotón y esperar ya los kilómetros finales para, en ellos, cada equipo mandar a los hombres idóneos que disputaran la victoria. La subida a Montjuïc no importaba. Era demasiado breve y suave como para que los velocistas acusaran el esfuerzo.
Los favoritos, en cabeza
Al final, los idóneos fueron aquellos hombres que aspiran a ganar la Vuelta, más Vicente Belda, que intentó irse tras subir a Montjuïc, y Manuel Domínguez, que se confirma, a sus 23 años y en su segunda temporada como profesional, como el hombre más rápido del ciclismo español. Laurent Fignon, Sean Kelly, Pello Ruiz Casbestany, todos estaban en cabeza en ese tramo final. Más que la victoria, lo importante era estar ahí, entrar con el vencedor, para no, ceder ni un solo segundo en estas etapas donde hay más cosas que perder que no ganar.
Fignon tiró. Kelly también porque, como especialista en llegadas, quería ganar. Ruiz Cabestany se pegó. Delgado se limitaba a estar ahí. Del cuarteto de favoritos a ganar la Vuelta es el único que todavía no ha lanzado el más mínimo ataque. Se limita a marcar. Domínguez también estaba ahí y el día anterior ya había sido más rápido que Kelly en la llegada del pelotón a Palma de Mallorca. Cabestany vio venir a su compañero de equipo y le cedió el sitio. Domínguez rebasó a Kelly y en la meta se limitó a comentar: "Kelly había arrancado desde demasiado lejos".
Más de 200 kilómetros.
La tercera etapa de la Vuelta, Lérida-Zaragoza, será la primera de las seis que superen los 200 kilómetros, aunque se quedará en 201 kilómetros. Con un recorrido muy llano, el viento podrá ser el principal peligro para los cortes del pelotón. Las escapadas en solitario difícilmente cuajarán. Un solo puerto de tercera categoría romperá el trazado llano (kilómetro 52, una de la tarde). Otros puntos serán: Caspe (kilómetro 105, 14.30), Alfajarín (182, 16.30) y Zaragoza (llegada frente al Club Náutico, cinco de la tarde).
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