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TRES EQUIPOS ESPAÑOLES, FINALISTAS EUROPEOS

El conjunto rojiblanco, excelente y afortunado, mando siempre en el marcador de un duró partido

El Atlético de Madrid jugará la final de la Recopa el próximo 2 de mayo en Lyón contra el Dínamo de Kiev, tras jugar ayer un afortunado y excelente encuentro ante el Bayer Uerdingen. Con un planteamiento ultradefensivo sentenció la eliminatoria con un 0-2 en el descanso.El Bayer quedó desarbolado por lo inesperado del resultado y sus jugadores, ni animicamente ni físicamente fueron superiores a los del Atlético de Madrid, que superaron el ambiente y las pro vocaciones, crecidos por un marcador demasiado favorable para las veces que pisaron el área visitante.

El Atlético de Madrid encontró el camino del gol cuando menos se lo esperaba. Sus jugado res tenían la consigna de aguantar al rival durante los primeros 20 minutos del encuentro como fuera. Esto supondría atrincherarse en el área y esperar. Tampoco cabía otra estrategia por que el Bayer apretaba seriamente con marcajes severísimos en el centro del campo que hacían imposible controlar el balón para reposar el juego y frenar la fogosidad alemana.

Se encontraba el Atlético en sus afanes ultradefensivos cuan do hizo el gol sin haber pisado ni una sola vez el área contraria. El control del balón por parte de los jugadores madrileños no llegaba nunca más allá del centro del campo. Rubio se esmeraba en alargar el juego vertical pero, sin apoyo y bien marcado, no lograba nunca avanzar más que unos metros. Fue en un córner provocado por Clemente, y otro lanzado a continuación, cuando llegó el penalti y el consiguiente gol.

El Atlético no jugaba para ganar, pero aún aumentó más su ventaja en un desacierto de marcaje local que vio Landáburu Cabrera, primer jugador del Atlético que pisaba el área con el balón en los pies, hizo lo fácil: marcar. El Bayer, con un 0-2 en contra, tan inesperado como injusto porque los méritos que acumulaba el Atlético eran únicamente defensivos, vio desarbolado su juego al verse obligado ya a hacer cuatro goles ante un equipo que se iba entonando y adquiriendo seguridad.

El Atlético, además, provocaba el fuera de juego magistralmente a los delanteros contrarios y les cerraba así espacios por donde llevar su tan temido ata que, al que sólo se pudo ver en una ocasión durante -todo el primer tiempo. Bommer ganó en ve locidad a la defensa y su remate fue parado por Mejías.

El Bayer, en la segunda parte, no adoptó como solución de urgencia la búsqueda de¡ gol por alto -en un camino directo para remontar la eliminatoria. Hizo lo que parecía más difícil, entrar por el centro, lo que exigió una demora de tiempo en la elaboración de las jugadas, pero buscaban también verse favorecidos en algún rebote o en la provocación de faltas. De un rebote llegó un remate al poste de Gudmunsson, y los goles de jugadas a balón parado.

El equipo alemán había remontado en la segunda parte un 5-1 global en la anterior eliminatoria contra el Dínamo de Dresde, pero esta vez no pudo. El Atlético, con el resultado a su favor, pasaba momentos difíciles porque los rivales les comenzaban a amedrentar con provocaciones, permitidas por el árbitro, como cuando Vollack tiró de los pelos a Rubio.

La contestación del Atlético no pudo ser mejor. Un nuevo gol puso el freno otra vez al ímpetu, de los jugadores del Bayer, que comprobaron cómo en cuanto descuidaban la defensa, el Atlético, que parecía jugar solo a la defensiva, tenía la mente lo suficientemente clara para jugar sin balón de cara al gol. Su claridad de ideas también llegó para no caer en las provocaciones del rival, ya con la eliminatoria perdida.

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