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Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los últimos cantes de Juan Varea

El programa La buena música emitido ayer por TVE-2, tras meses en que no se acordaba del flamenco, volvió a tratarlo en una entrega dedicada a los cantes de Levante o de las minas.Romualdo Molina y Miguel Espín, responsables, habían logrado que grabara para él Juan Varea, retirado prácticamente del cante debido a sus problemas de salud. Varea murió poco después, a primeros de noviembre de 1985, con lo que esta edición de De los flamencos que acabamos de ver tuvo una significación especialmente emotiva, ya que en ella se nos ofrecieron los últimos cantes que hiciera aquel cantaor payo de Burriana (Castellón), que tan buena memoria ha dejado en la afición entendida del flamenco.

Sus últimos cantes han sido taranta y cartagenera, una malagueña cuya creación se le atribuye, otra de Chacón con remate de fandango abandolao y siguiriyas. Y para el programa que comentamos Varea los hizo con su sabiduría habitual, no muchas facultades, y ese encanto especial que los viejos cantaores ponen en su forma de interpretar lo jondo. El programa, en realidad, aunque su tema original fuera el de los estilos minero-levantinos, se convirtió en un homenaje emocionado al cantaor desaparecido, que quizá debiera haberse puesto en pantalla en fecha más al hilo de su muerte.

Completaron el programa dos cantaores especializados en los cantes de la región: el cartagenero Antonio Piñana, prácticamente retirado del cante por su ya avanzada edad, aunque, evidentemente, es profundo conocedor de los mismos, que aprendió directamente del hijo de Rojo el Alpargatero, y Manolo Romero, cantaor de Jaén afincado en Cartagena y al que se considera el principal seguidor de la escuela de Piñana. Ambos hicieron un recorrido por los estilos autóctonos más caracterizados, acompañados por las guitarras de Antonio Piñana hijo y Pepe Piñana. A Varea le acompañó ese maestro de tocaores que se llama Juan Carmona, Habichuela.

El baile estuvo representado por Isabel Bayón, quien con el buen cante de Antonio Saavedra hizo unos discretos bailes por tarantos y por bulerías. Génesis García Gómez, estudiosa especializada en el tema del flamenco minero-levantino, hizo la introducción del tema respondiendo a las preguntas de Ruiz Tarazona.

Habría quizá que señalar la ausencia de dos cantaores que en el momento actual son, a mi juicio, imprescindibles en esta especialidad del arte flamenco: Encarnación Fernández y Pencho Cros.

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