Miguel Ángel Martín

La historia de Miguel Ángel Martín, el flamante vencedor de la segunda edición del Torneo de la Asociación de Profesionales del Golf (APG), tiene el mismo prólogo y argumento que la de los grandes golfistas españoles. Los problemas económicos de su familia le llevaron a trabajar desde muy joven, y así, cuando tenía nueve años, empezó a llevar la bolsa de los socios del club Somosaguas, de Madrid. Martín, de 24 años, alcanzó su mayoría de edad como profesional del golf el domingo pasado, al ganar su primer gran torneo ante rivales de la talla de Severiano Ballesteros, Manuel Piñero, José María Cañizares, Antonio Garrido y José Rivero, todos ellos campeones del mundo y auténticos maestros de este deporte.

Un día después de su triunfo, Miguel Ángel Martín no había tenido tiempo todavía de dedicar su primera gran victoria. "En el campo me olvidé de todo y solamente pensaba en el juego", señala Martín. "Ahora, después de la celebración, sólo hay una persona a la que dedico este triunfo: mi madre". Pilar, la madre de Martín, es una señora de 54 años que no pudo evitar las lágrimas en el campo cuando su hijo se proclamó vencedor del torneo. Es posible que la madre hubiese llorado con anterioridad cuando su hijo, en 1983, se quedó sin patrocinador y su padre, que murió el año pasado, concedió a Miguel Ángel las 300.000 pesetas que tenían ahorradas. El hijo disputó cuatro torneos del circuito europeo, pero en ninguno de ellos consiguió pasar de las dos primeras jornadas. "Perdimos todo el dinero", dice Miguel Ángel.Pasada la resaca de la celebración, Martín ha tenido tiempo de refrescar su memoria y de acordarse del duro comienzo. "Yo soy el tercero de siete hermanos, y sólo el mayor de ellos, Juan Carlos, se inició en el golf y llegó a ser profesional, pero las dificultades económicas le impidieron continuar. No encontró ningún promotor ni ninguna ayuda, y tuvo que dejarlo para dedicarse a otro trabajo". Miguel Ángel se hizo caddie, después aspirante a profesional y posteriormente, en 1981, se sacó la tarjeta que lo acredita para jugar como profesional.

Vida de profesional

"El profesionalisino es duro porque no puedes hacer excesos de ninguna clase, ni trasnochar ni beber mucho", señala. Hace tres años, Martín no sabía de esas responsabilidades, pero desde que "vi que tenía posibilidades de hacerlo bien no me gusta trasnochar y sólo bebo cerveza". Ahora Martín se juega su dinero y el de un patrocinador, al que en su época infantil sirvió como caddie. El año pasado, en su primera incursión seria en el circuito europeo, Martín acabó en el puesto 69º de la lista de ganancias, con 12.087 libras esterlinas (más de 2,7 millones de pesetas). Con su victoria en el Torneo de la APG, Martín se embolsó 1.100.000 pesetas, "la cantidad más fuerte que he ganado en mi vida". Dinero que Martín no invertirá inmediatamente, sino que ahorrará "para jugar otros torneos".Martín, sin embargo, es consciente de sus posibilidades. "Yo no pretendo emular a Seve, porque él es muy bueno, y llegar a donde ha llegado él es muy difícil". Tampoco teme las exigencias a que será sometido a partir de ahora, "porque me considero un jugador bueno, pero no tanto como para ganar todos los torneos, y soy consciente de que hay muchos jugadores mejor que yo". Sabe también que los grandes como Ballesteros y Piñero ya le han dejado de considerar una promesa y que la Semana Santa ha sido su semana de la suerte".