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EDUCACIÓN

La crisis de la escuela pública preocupa en el Reino Unido

Una creciente proporción de padres británicos, insatisfechos con el funcionamiento de las colegios públicos, realiza un esfuerzo económico para enviar a sus hijos a colegios privados. Los empresarios, que compiten con países que están haciendo un gran esfuerzo para conseguir una mano de obra más cualificada, afirman que muchos alumnos abandonan el sistema escolar mal preparados para trabajar. Los profesores, que acaban de terminar una larga campaña de huelgas selectivas para pro testar por los sueldos bajos y la falta de inversiones públicas en educación, abandonan la carrera y alegan que existen pocos incentivos para continuar.Los colegios privados conocidos en el Reino Unido como colegios públicos, reducto, tradicional de las clases más ricas, reciben actualmente: al 6% de una población escolar de cerca de 9,5 millones de jóvenes. En 1979, el número de jovénes que acudía a colegios privados era del 5,5%, lo que demuestra que un mayor número de familias está haciendo un esfuerzo económico para enviar a sus hijos a colegios privados.

La primera ministra Margaret Thatcher, con un ojo puesto en los resultados económicos y otro en los sondeos de opinión, reconoce que la educación será uno de los asuntos que se debatirán en las próximas elecciones generales.

Su ministro de Educación, sir Keith Joseph, escribió hace poco en un diario: "Demasiados jóvenes concluyen sus 11 años de educación obligatoria incapaces de leer y, escribir correctamente, incapaces de realizar más allá de las simples operaciones aritméticas, incapaces de formular ideas y de expresarlas con claridad".

Los sectores que critican la política educativa del Gobierno afirman que el Reino Unido debe actuar con urgencia si quiere restablecer su confianza en el sistema educativo y mantener la competencia que plantean países con una mano de obra muy cualificada, como la República Federal de Alemania, Francia, Japón, Estados Unidos, o países en desarrollo, como Corea del Sur. La huelgas de profesores para conseguir mejores salarios, que duraron 13 meses en Inglaterra y Gales y 20 meses en Escocia, han dejado un poso de amargura, pese a que se alcanzaron aumentos de sueldo que oscilaron entre el 8,5% y el 15%.

Los profesores, que tradicionalmente en el Reino Unido han tenido una consideración social similar a los médicos o los abogados, afirman que con el Gobierno conservador ganan menos que los policías y algunos se han pluriempleado para acabar el mes.

Con sueldos anuales que oscilan entre las 8.000 libras (1.616.000 pesetas) para los maestros que empiezan y las 24.000 (unos cinco millones de pesetas) para los directores de los principales colegios, los más dotados prefieren optar por la industria o el mundo financiero, donde pueden ganar sueldos mucho mejores. Esta tendencia se ha notado especialmente en las universidades politécnicas.

Los sectores más ultraconservadores están exigiendo al Gobierno de Margaret Thatcher otra fórmuIa un cheque escolar que permitiría a los padres enviar a sus hijos al colegio que quisieran.

Pese a las peticiones de su ala derecha, el Gobierno de Margaret Thatcher parece concentrar su esfuerzo en la escuela pública, y concretamente en las zonas más deprimidas de las ciudades, donde el desempleo alcanza cotas más altas.

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