Inaugurado en París uno de los museos científicos más ambiciosos del mundo
El presidente François Mitterrand inauguró el jueves por la noche una parte de lo que será uno de los museos científicos más importantes del mundo, la Ciudad de las Ciencias y de la Industria, levantada en una superficie de 130.000 metros cuadrados al noreste de París. Se trata del más ambicioso proyecto de este tipo que se ha realizado en Francia.
La precipitada inauguración (el museo sólo cuenta por el momento con una pequeña parte de sus futuras instalaciones) se debió al deseo de hacerlo coincidir con un acontecimiento único: la aproximación de la Sonda europea Giotto al cometa Halley. Los 2.000 invitados acogieron con exclamaciones de alegría las imágenes transmitidas por la sonda, proyectadas en varias pantallas gigantes, antes de que la Giotto quedara irreparablemente dañada.La Ciudad de las Ciencias y de la Industria firmará parte de un conjunto, la Villete, que incluye un moderno parque de 35 hectáreas, el Instituto de Pedagogía Musical, teatros, salas de conciertos y viviendas para investigadores. El museo es el punto fuerte, junto con la Géode, una esfera formada con 6.433 triángulos de material inoxidable, que tiene en su interior una pantalla de cine semicircular.
Gracias a un complicado sistema de proyección, los espectadores pueden disfrutar, por ejemplo, de la sensación de volar en ala delta subiendo y, bajando por acantilados o valles. El museo, por su parte, está concebido como un lugar en el que el visitante puede y debe participar. El edificio tiene una superficie equivalente a dos veces y media el famoso Centro Beaubourg, con el que guarda un cierto parecido arquitectónico. La idea inicial fue aprovechar la estructura de un enorme matadero que nunca fue utilizado. El arquitecto Adrien Fainsilber ha empleado los mismos elementos de carpintería metálica al aire, jugando con la luz y el agua.
La Ciudad de las Ciencias y de la Industria es uno de los proyectos más caros de la, historia de Francia. Ha costado 4.500 millones de francos (unos 50.000 millones de: pesetas) y exigirá cada año subvenciones estatales por valor de unos 11.000 millones de pesetas para asegurar su mantenimiento.
Cuatro sectores
Cuando sea completamente funcional, en enero del año próximo, contará con cuatro sectores: De la Tierra al universo, La aventura de la vida, Materia y trabajo del hombre y Lenguaje y comunicación, además de un inventorium, destinado a niños de 3 a 12 años, y una mediateca, que tendrá 150.000 volúmenes (300.000 en 1989), suscripciones a 5.000 periódicos de todo el mundo y un amplio sector audiovisual, con más de 1.000 chips. La mediateca dispondrá de un sofisticado sistema de consulta con robots bibliotecarios.El primer sector, parcialmente inaugurado por Mitterrand, ofrece una aproximación nueva a la Tierra, el espacio y el océano. La exposición permanente incluye una maqueta tamaño natural del Nautile, moderno submarino francés capaz de descender, con fines científicos, hasta 6.000 metros, una cabina antigravedad en la que los visitantes pierden la verticalidad y la cápsula de un cohete Ariadne. Dos robots, disfrazados de buzo y de astronauta, responderán a las preguntas de los espectadores. El apartado dedicado a la Tierra es un elemento de 20 metros de largo con numerosos ordenadores que, a través de 6.000 chips, proporcionarán informaciones animadas. Además, el sector cuenta con un moderno planetario, el Rincón de las matemáticas, un minimuseo geológico y un estelarium, es decir, un lugar en el que se podrán reconocer las estrellas del cielo de París apuntándolas con una pistola electrónica. El aparato ha costado más de 60 millones de pesetas. La aventura de la vida ofrecerá juegos sobre genética, técnicas de cultivo del año 2000 y filmaciones sobre ecología y conservación de bosques, todo ello animado por robots.
El sector dedicado a la Materia y el trabajo del hombre será uno de los últimos en abrir sus puertas, pero también uno de los más espectaculares. Está previsto que cuente con maquetas del puesto de mando de un buque de guerra, así como con un simulador de vuelo correspondiente a un airbus. La robótica y la utilización de la energía tendrán también un tratamiento preferente, con juegos que permitirán al visitante poner en marcha turborreactores o provocar reacciones nucleares.
Por último, el sector cuarto, Lenguaje y comunicación, contará con instalaciones capaces de convertir en música los movimientos de los visitantes y analizar y descomponer las voces tanto de las personas que hablen en determinados micrófonos como de un importante archivo sonoro de personajes famosos.
Un pequeño recinto permitirá identificar los olores y falsificar imágenes.
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