El futuro recinto ferial supondrá importantes mejoras urbanísticas en la zona este

"A lo largo de este año comenzarán ya las obras de urbanización de lo que serán los nuevos recintos feriales de Madrid", afirmó ayer el consejero delegado de Recintos Feriales de Madrid, SA (Refemasa), Ignacio Solana. Su construcción permitirá la urbanización de un amplio espacio al este de la ciudad que ahora se encuentra sin conexión entre barrios y centros de comunicación de la importancia de la estación de Chamartín y el aeropuerto de Barajas. El futuro recinto ferial, además, será un importante factor para el desarrollo económico regional.

La inversión de las obras superará los 10.000 millones de pesetas, sin contar los aproximadamente 1.500 millones que supondrá la construcción de dos vías rápidas. Una, constituirá el nuevo acceso al aeropuerto de Barajas desde el Nudo Norte y la estación de Chamartín, con acceso al recinto, y la segunda, seguirá la actual carretera de Hortaleza y bordeará el recinto. Para este fin se ha firmado un convenio entre el Ministerio de Obras Públicas, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad.Este aspecto es Lino de los factores positivos que lleva aparejado la construcción de los nuevos recintos feriales. Las autovías, además de conectar dos importantes nudos de comunicación, unirá también distritos tan populosos como el de Hortaleza con la zona este de la ciudad, y aliviará las congestiones de tráfico que diariamente se producen en la carretera de Barcelona. La urbanización de 2.500.000 metros cuadrados de terreno significará asimismo la terminación de la ciudad en el flanco este, por encima de la N-II, que ahora ofrece una fisonomía contradictoria, en la que se alternan nuevas urbanizaciones bien cuidadas con descampados llenos de escombros.

Para Ignacio Solana, la importancia del proyecto está fuera de toda duda, y la rapidez con que se está realizando -Refemasa se constituyó en febrero de 1985- lo demuestra. "Las ferias se han convertido en las últimas décadas en un factor crucial para dinamizar la economía de los países", afirma.

En Madrid, expuso Solana, "uno de los principales impulsores de esta actividad fue su anterior alcalde, Enrique Tierno. Si en 1980 Madrid contó con 17 ferias y 1.200.000 visitantes, en 1984 se celebraron 27 certámenes, que atrajeron a dos millones de visitantes". Este auge ha hecho que los recintos de la Casa de Campo y del paseo de la Castellana se hayan quedado pequeños y anticuados.

Un informe realizado por Refemasa cita la dificultad en cuantificar los beneficios económicos que puede originar un recinto ferial. Para Solana, que se basa en cifras comparadas con otras ciudades con tradiciones en ferias, como es Barcelona, y también extranjeras, simplemente la afluencia de millones de visitantes al año supone un auge tremendo de la hostelería y los servicios, aparte del trabajo directo que se ofrece a sectores muy diversos, desde diseñadores y cartelistas a carpinteros y empresas de mantenimiento. La actividad ferial implica asimismo intercambios comerciales, conocimiento de innovaciones tecnológicas y apertura de nuevos mercados.