La Administración y los consumidores, sólo testigos
La Administración y los consumidores actúan como meros testigos en las juntas de precios de pollos. La Administración tiene voz, pero no voto, y los consumidores ni siquiera tienen voz.Un jefe de mercado, por parte del Ayuntamiento; un representante del Ministerio de Agricultura, otro del Gobierno regional y otro de los consumidores juegan el papel de moderadores entre las partes ejecutivas -productores y comerciantes-, pero ahí termina su misión, indica Porfirio González Carrasco, jefe del mercado de Aves, Huevos y Caza, de Madrid, presidente de la junta de precios madrilleña de este sector comercial.
Fuentes del mismo indican que para la fijación de los precios dichas juntas sólo consideran la categoría A, como única clase de pollos que se ofrece por los productores al mercado. La evolución de los precios del pollo durante 1986 ha oscilado entre las 170 pesetas kilo, precio mínimo alcanzado a finales del mes de enero, y las 250 pesetas kilo a mediados del pasado mes de febrero.
Anteriormente a 1979, los representantes de la Administración también tenían voto en estas juntas. Desde aquella fecha, el criterio con el que se reguló su actuación propuso que fueran únicamente los industriales y comerciantes quienes fijasen los precios, ya que se trata de un mercado libre.
Precios orientativos
Los precios son orientativos y no siempre se ajustan a ellos los mayoristas, que fluctúan libremente en las concesiones que hacen a sus clientes. El kilo de pollo se vende al público a unas 290 o 300 pesetas el kilo, incluido el IVA, según datos de fuentes informativas de los consumidores referidos al mes en curso.La oferta de los productores para establecer los precios presenta a las juntas una única calidad de pollos: la principal, la categoría A, según la fija la reglamentación técnico- sanitaria correspondiente.
Según los productores, de las granjas sólo salen al mercado pollos de primera, de clase A. Por esta razón, sólo se juega con un tipo de precio.
Sin embargo, esto plantea un conflicto señalado por los servicios de Consumo de la Comunidad de Madrid en su reciente investigación, pues en el mercado, cuando el consumidor compra un pollo, se encuentra con que su calidad es o puede ser de la tipificada como B en dicha reglamentación, vendido al único precio establecido (de clase A).
El deterioro que convierte a un pollo de categoría A en ave de categoría B se produce, según algunas fuentes oficiales consultadas, a causa de la conservación frigorífica, el transporte, golpes u otras circunstancias.
Pero esta explicación no elimina el perjuicio sufrido por el consumidor en cuanto a la relación calidad-precio. De ahí, que la dirección general de Consumo de la región de Madrid haya decidido exponer esta preocupación a los responsables de este sector comercial.
Diferencias de peso
La diferencia entre el pollo A y el pollo B está en el peso. El primero debe superar el kilo y cuarto. "El precio del pollo en canal lo marca el pollo en vivo", indica Concepción de la Torre, representante de la Asociación Provincial de Amas de Casa de Madrid, única representación de consumidores en la junta madrileña.Concepción de la Torre entiende que es una contradicción el que sólo se fije el precio de la categoría A, pues, en realidad, salen al mercado pollos de la categoría B.
"La única explicación es que el B no se cotiza. Por tanto, es como si no existiera y lo venden como pueden".
De la Torre afirma que "sería mejor que las juntas de precios no existieran y que el precio surgiera de la libre oferta y demanda, pero la Administiación se empeña en mantener las juntas, aunque nadie más quiere su existencia". Y añade: "Por deferencia de los productores y detallistas, a veces se nos permite a los consumidores alguna sugerencia en la junta, pero nada más".
La participación de los consumidores en esta junta de precios fue más fuerte hace 10 años, sergún indica Concepción de la Torre.
"Asistían varias asociaciones a las reuniones, que todos los lunes se celebran en el mercado central de Legazpi, pero, como es un tema de poco rendimientá político, ya sólo asiste la nuestra", comenta.
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