Dos espectadores muertos y 33 heridos en un accidente en el inicio del Rally de Portugal
Dos espectadores murieron y otros 33 resultaron heridos en un grave accidente ocurrido ayer en la primera etapa del Rally de Portugal, tercera prueba puntuable para el Campeonato Mundial de la especialidad. La desgracia, ocurrida en la tercera prueba especial, provocó la momentánea suspensión de la prueba. Posteriormente, los pilotos de los equipos oficiales renunciaron a continuar la carrera.Según testigos oculares, el Ford de Joaquim Santos entró ya descontrolado en la curva del lago Azul y la parte trasera del coche barrió literalmente un grupo de espectadores, provocando un movimiento de pánico entre el numeroso público que se encontraba en este punto del recorrido: varios heridos fueron pisoteados o cayeron en la huida, algunos a las aguas del lago, situado varios metros más abajo.
Una mujer de 36 años, María Rosa Neves de Oliveira Ribeiro, que cayó al lago Azul y murió ahogada, y su hijo, de nueve años, Nuno Miguel, fueron las primeras víctimas identificadas por la policía portuguesa, que confirmó, al final de la mañana, un total de 33 heridos hospitalizados en la clínica de Cascais y en dos hospitales centrales de Lisboa. Tres de los heridos se encontraban en estado muy grave.
Los organizadores decidieron suspender la prueba, iniciada a las nueve de la mañana, después del segundo accidente, producido a los pocos minutos. Poco antes del accidente mortal causado por Joaquim Santos, el finlandés Tino Salonen, actualmente en cabeza del Campeonato Mundial, había sufrido un accidente semejante y provocado algunos heridos menos graves entre el público.
El primer caso
Se trata del primer accidente con víctimas mortales en las 20 ediciones del Rally de Portugal-Vino de Oporto, que mereció durante cinco años consecutivos el título de Mejor Rally del Mundo, atribuido por los organizadores del Mundial. Sin embargo, los pilotos se quejaban de los riesgos que corrían debido a la falta de disciplina del público portugués.La francesa Michèle Mouton anunció hace dos años que no participaría nunca más en el Rally de Portugal porque tenía "miedo de la imprudencia del público". Tras el accidente, el alemán occidental Walter Rohrl, uno de los favoritos, declaró: "Es preciso detener la prueba; es la única manera de que los espectadores se conciencien del peligro que corren. Los pilotos no son asesinos ni locos. Somos conscientes de los peligros que corremos y que hacemos correr a los espectadores. En cada prueba especial disputada he estado a punto de parar; y en el norte es peor".
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