Moscú excluye toda reforma en la línea de la economía de mercado

El jefe del Gobierno soviético, Nicolai Rishkov, aseguró ayer que la URSS nunca va a dar satisfacción a "las esperanzas de los ideólogos burgueses de que abandone sus principios fundamentales". De esta manera descartó en su intervención ante el 27º Congreso del PCUS la posibilidad de que los nuevos dirigentes del Kremlin adopten reformas en la línea de la economía de mercado, como las realizadas por otros países comunistas, en particular Hungría.Por el contrario, el jefe del Gobierno de la Unión Soviética defendió el reforzamiento en el futuro de las medidas de planificación de la economía centralizada, aunque, al mismo tiempo, abogó por una menor intromisión de la Administración en la autonomía de las empresas.

En un discurso de dos horas, Rishkov trazó las líneas maestras de la política económica para los próximos 15 años, pero no mencionó ninguna de las reformas radicales anunciadas por el secretario general del PCUS, Mijail Gorbachov, la pasada semana.

El jefe del Gobierno criticó la política económica del período de Leonid Breznev y anunció un plan para que las empresas utilicen sus propios fondos para la modernización, construyan servicios sociales en función de sus beneficios y hagan depender los salarios de la rentabilidad del trabajo.

Nicolai Rishkov reconoció que en el período comprendido entre 1981 y 1985 no se cumplió con el objetivo de mejorar el nivel de vida, y afirmó que no se incrementaron de acuerdo a lo previsto los salarios reales ni el comercio.

La sesión de ayer en el congreso estuvo marcada por los rumores sobre próximos cambios de algunos altos funcionarios, que podrían afectar alministro de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, a quien, según fuentes informadas, se pretende sustituir por un diplomático con experiencia, como podría ser el embajador en EE UU, Anatoli Dobrinin.

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