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GENTE

Isabel II de Inglaterra

no podrá quejarse de falta de emociones en su viaje a Nueva Zelanda. Al día siguiente de ser blanco de un lanzamiento de huevos, un manifestante maorí mostró el trasero desnudo y adomado con tatuajes al convoy real, aunque la audaz operación tuvo lugar cuando ya había pasado la reina. Ayer, la policía frustró el intento de varios maoríes que pensaban obstaculizar la caravana regia exigiendo las tierras que Inglaterra les promem tió hace 146 años. A pesar de este éxito, el servicio encargado de la seguridad de Isabel II no va a ser felicitado, ya que también ayer, cerca de WeIlington, se coló dentro de la caravana real una furgoneta llena de eslóganes antirnonárquicos. El que no pudo actuar fue Dun Mihaka, veterano luchador por la causa maorí, detenido cerca del cortejo, que había prometido "un saludo de 21 salvas de culo" a la reina. En 1983 sí consiguió su objetivo, bajándose los pantalones ante el príncipe Carlos.

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