El Madrid y el Barcelona empiezan hoy a disputarse el título
El Barcelona y el Real Madrid afrontan hoy su cuarto enfrentamiento de la temporada (19.30 horas, TVE 2), con resultado actual de dos victorias a una a favor de los madridistas. El título liguero, propiamente dicho, no estará en juego, pero sí posiblemente el liderato de la serie A-1 y, con ello, la ventaja de jugar en cancha propia un hipotético desempate durante todos los play off (eliminatorias al mejor de tres partidos). Este encuentro tiene todas las características de un entreacto porque ambos equipos se aprestan a disputar el final de la temporada. Lo que haya sucedido antes no tiene importancia. De alguna forma, empiezan de nuevo y, por ello, necesitan saber sus actuales posibilidades con este enfrentamiento. Ahora no hay tiempo para rectificar.El partido llega, además, en un momento curioso. Hace 15 días el Barcelona parecía ir en ascenso, mientras el Madrid se debatía en una crisis muy llamativa. Pero ahora ambos vienen, con siete días de diferencia, de jugar en Badalona. El Madrid ganó con descaro, mientras el Barcelona perdió ante un Joventut con la baja de Jiménez y la lesión de Jofresa. Precisamente, la clara derrota madridista ante el Barcelona en el pabellón desató su minicrisis. Para ambos equipos, pues, la victoria tiene un alto contenido psicológico. Les es muy necesaria. Así, las declaraciones son cautelosas, respetuosas, salvo, quizá, las de Iturriaga, quien se atreve a confesar que siente unas "vibraciones especiales" para este encuentro. Iturriaga fue, casualmente, el jugador más afectado por la crisis blanca.
La comparación entre el Barcelona y el Madrid puede dar lugar a interpretaciones porque no todo son valores absolutos y menos en una estadística aún primitiva como es la que se recoge en España. En síntesis, puede afirmarse que, en conjunto, el Madrid ha empleado a ocho jugadores durante más de 300 minutos de juego por siete el Barcelona, pero un partido así puede decidirse, a la hora de la verdad, con un cinco.
El Barcelona hace más faltas, coge más rebotes y consigue un 50% más de canastas de tres puntos que su rival. El Madrid supera a los azulgrana en tapones y asistencias. Los porcentajes de tiro de dos puntos son parecidos, con la diferencia de que el Barcelona tira mejor de lejos (51% por 48% del Madrid), mientras los madridistas son más certeros de cerca (69% por 66%). Pero todo ello puede ser hoy una mentira falaz.
Individualmente, ocurre lo mismo. Si se tiene en cuenta la efectividad de cada jugador por minuto jugado, el que más datos positivos acumula es Fernando Martín, que haría, en un hipotético partido completo de 40 minutos, una asistencia, dos tapones, 31 puntos y nueve rebotes. El más eficaz en el Barcelona sería Smith, con siete rebotes, 26 puntos y una asistencia. Epi hace, en 40 minutos de fría estadística, 26 puntos y cuatro rebotes por 25 y cinco, respectivamente, Sibilio. La diferencia entre ambos, en datos, es que Sibilio logra más canastas de tres puntos. Townes es un hombre de 23 puntos y cinco rebotes. Pero no dejan de ser manipulaciones artificiales.
Al comparar a los aleros, Epi, Sibilio, Smith, Townes e Iturriaga, gana Smith, pero todo el mundo apostaría ciegamente por Epi. ¿Por qué? No sólo porque cumpla en otras facetas no cuantificables numéricamente, sino porque se considera un jugador decisivo. ¿Puede medirse? De alguna forma, la NBA ya lo hace al repartir el partido en cuatro períodos y dar una importancia a los datos del último, que es en el que un partido se gana o se pierde. Ahí es donde Epi adquiere su valor.
Porque la cuestión es que las estadísticas pierden su valor en los partidos más importantes, rodeados de carga ambiental especial. Son dos equipos de buenos porcentajes, con buenos jugadores, con pocas diferencias, pero con personalidades distintas. Por eso toda estadística puede quedar en entredicho.
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