Los beneficios antes de impuestos de los bancos superaron los 203.000 millones de pesetas en 1985
Los beneficios antes de impuestos de los bancos que operan en España ascendieron en 1985 a 203.286 millones de pesetas, lo que representa un crecimiento medio superior al 27%, que se distribuye de forma desigual por cada entidad, en base a que algunas instituciones lograron incrementos muy fuertes de sus resultados y otras han mantenido tasas más débiles de crecimiento. Los siete grandes bancos, en su conjunto, tuvieron unos beneficios superiores a los 118.000 millones de pesetas, estrechándose mucho las diferencias que existían hasta ahora en valores absolutos.
El pasado ejercicio ha resultado ser un año especialmente bueno para la banca en su conjunto, aunque las diferencias de rentabilidad existentes entre cada uno de los grupos bancarios parece acentuarse con el paso del tiempo. El crecimiento medio de los beneficios antes de impuestos, del 27%, hasta alcanzar una cifra por encima de los 203.000 millones de pesetas, 50.000 millones de pesetas más que en 1984, representa un salto importante global.Los siete grandes bancos han aumentado sus beneficios en 27.000 millones de pesetas sobre 1984, de los que más de 8.000 millones de pesetas corresponden al Banco Hispano Americano que, en 1984, declaró unos beneficios de 110 millones de pesetas, por destinar la mayor parte de sus excedentes a saneamientos internos.
Dentro del grupo de los grandes bancos, la mayor cuantía de incrementos de beneficios, excluido el caso atípico del Banco Hispano, corresponde al Popular, que ha declarado más de 15.000 millones de pesetas; Vizcaya, con casi 17.000 millones; Bilbao, con más de 17.000 millones, y Santander, con 18.000 millones. Banesto ha alcanzado un crecimiento de sus beneficios del 10%, con más de 22.000 millones de pesetas, y el Central, con 19.000 millones, creció un 3%.
El resto de los bancos que operan en España (industriales, pequeños y medianos bancos nacionales, en la mayoría de los casos vinculados a los grandes bancos nacionales, y los extranjeros) obtuvieron unos beneficios de 84.678 millones de pesetas, con un incremento del 24% sobre 1984.
Los bancos extranjeros, que con la caída de los tipos de interés en el mercado interbancario aumentaron sensiblemente su cuota de inversión crediticia, y los bancos en proceso de saneamiento que han tenido altas tasas de expansión, son los principales responsables del crecimiento de estos beneficios.
Aumento de la inversión
La inversión creditica del conjunto de la banca superó los 12 billones de pesetas, con un crecimiento cercano al 15%, de los que 5,6 billones correspondieron a los siete grandes bancos y el resto -6,7 billones- al resto de la banca. El Banco de Santander fue el que más aumentó su inversión en el año, con un crecimiento del 14%, mientras que el Banco Central fue el único de los grandes que la disminuyó, aunque muy ligeramente. Los bancos en saneamiento y los extranjeros forzaron su inversión hasta lograr que el crecimiento medio del resto de la banca se colocara en el 24%.Las explicaciones que en las juntas generales de accionistas han venido dando los responsables de los bancos españoles sobre los resultados obtenidos en 1985 se centran en la fuerte recuperación de activos considerados antes como morosos y fallidos y en las comisiones obtenidas por la cesión de pagarés del Tesoro, a término o con pacto de recompra, a los ahorradores privados que durante 1985 mostraron una fuerte propensión a adquirir estos títulos. Esta decisión de comprar pagarés se debió a que a su rentabilidad unen la opacidad fiscal y la ausencia de retención de impuestos frente al resto de títulos similares.
Junto a estos ingresos, que no seguirán produciéndose en ejercicios posteriores porque las comisiones por cesión de pagarés descienden a instancias de la autoridad monetaria y porque las recuperaciones de fallidos tienden a agotarse, las alternativas de mantener estos fuertes beneficios en el ejercicio actual se centran en la recuperación de la inversión crediticia del sector privado de la economía.
La liberación de recursos por la rebaja de coeficientes y la tendencia a la baja en la rentabilidad de los pagarés del Tesoro harán menos deseable mantener estos títulos en las carteras de las entidades financieras. En cualquier caso, el proceso de desintermediación que mantienen bancos y cajas supondrá un cierto alivio a las cuentas de resultados de estas sociedades.
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