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Un pacto para jugar sin dureza evitó la suspensión del partido de Copa Celta-Real Madrid

Los directivos del Celta y del Real Madrid llegaron a un pacto en el descanso de¡lpartido que ambos equipos jugaron el miércoles pasado en Vigo, correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey de fútbol. El acuerdo consistió en el compromiso de evitar el juego duro y las lesiones de los jugadores, ante las pésimas condiciones del terreno de juego de Balaídos. El árbitro del partido, el soriano Angel Calvo Cordoba, aseguro que fue el gerente del Celta, Joaquín Fernández, quien hizo tal ofrecimiento al presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza, y a uno de sus directivos, Antonio Calderón Vilches.

La copiosa lluvia que cayó sobre Balaídos antes y durante el partido convirtió el terreno de juego en peligroso para la integridad fisica de los jugadores, de tal forma que se planteó la posibilidad de suspender el encuentro. El árbitro Calvo Córdoba manifestó ayer: "Llegué al campo de Balaídos hora y media antes del comienzo, y el terreno de juego estaba en condiciones para jugar el partido. Esta misma temporada he arbitrado un partido, el Athlétic-Real Sociedad, en el que las condiciones del campo fueron peores que las que presentaba el terreno de juego del Celta. Después, en el transcurso del primer tiempo, el campo se puso peligroso".El árbitro soriano manifestó que entonces pensó en suspender el encuentro, "pero no por las condiciones del terreno de juego, sino por las rachas de aire y agua que se abatieron sobre el campo". Preguntado si el terreno era peligroso para los jugadores, el árbitro indicó: "Ha habido partidos que se han jugado en peores condiciones, y si hubiese considerado que había peligro, habría suspendido el partido". El reglamento de fútbol faculta al árbitro para suspender un partido cuando lo estime conveniente.

Problemas de fechas

Al acabar el primer tiempo, el árbitro se planteó la suspensión del partido, pero quiso saber la opinión de los representantes de los dos equipos y reunió a sus capitanes, Santillana y Lucas, y a sus delegados, Antonio Calderón y Joaquín Fernández Santomé, Quinocho.

El árbitro explicó: "Santillana dijo que, como jugador de fútbol no quería seguir jugando, pero que, como jugador de club, había que hacerlo. Lucas, el capitán delCelta, por su parte, dejó la decisión en mis manos. El delegado del equipo vigués manifestó que había que jugar por el público y el del Real Madrid insistió en la misma decisión, pero por problemas de fechas. Oídas estas posturas, mi decisión de continuar el partido no pudo ser más fácil".

Fue entonces, según contó Calvo Córdoba, cuando se produjo el pacto entre los dos clubes para evitar lesiones de sus jugadores. "Se notó y lo vi en alguna jugada. Durante todo el tiempo apenas pité falta alguna por juego peligroso, y los masajistas no saltaron una sola vez al campo; pese a todo, hubo jugadores que me insistieron en el transcurso del segundo tiempo en que no se podía jugar, sobre todo Hugo Sánchez y Santillana".

Regreso al vestuario

Al iniciarse la segunda parte, cuando los jugadores madridistas ya habían saltado al terreno de juego, el presidente del Madrid se dirigió al árbitro para preguntarle si se iba a jugar, y al contestarle que sí, le solicitó permiso para hablar con sus jugadores, por lo que éstos regresaron a vestuarios.

El árbitro añadió: "El reglamento establece la suspensión de un partido, entre otros motivos, cuando peligra la integridad física de los jugadores y cuando la lluvia impide la visibilidad, lo que entendí que no sucedió. No he tenido recriminación alguna por autorizar el partido en esas condiciones, ni la espero".

"Los directivos del Madrid sí me hablaron de problemas de fechas para la suspensión del partido", comentó. "El público se lo pasó bomba. Ésos fueron los comentarios que oí después".

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