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Algunos ultraderechistas lanzaron gritos contra el Gobierno en el funeral por el almirante Colón y su conductor

Carlos Yárnoz

Don Juan de Borbón, conde de Barcelona, presidió ayer por la mañana el funeral por el vicealmirante Cristóbal Colón y por su conductor, Manuel Trillo, asesinados el día anterior en un atentado terrorista. Al acto, celebrado en el salón de columnas del Museo Naval, en el Cuartel General de la Armada, asistieron unas 500 personas, entre ellas los familiares directos de las víctimas, el ministro de Defensa y los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor. Algunas personas de un grupo de unas 300 situado cerca del lugar del funeral gritaron consignas contra el Gobierno e incluso pidieron la toma del poder por el Ejército.

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La ceremonia religiosa, oficiada por el provicario general castrense, Pablo Cabrera, y por otros cinco sacerdotes castrenses, se inició a las 11.00 horas. Ante el altar, y sobre dos tarimas, fueron colocados los féretros, cubiertos con banderas españolas. A la derecha, el del almirante y, junto a él, los familiares del marino asesinado. A la izquierda, el del conductor y, a su lado, la esposa y los dos hijos del funcionario civil. Al lado de los familiares de Cristóbal Colón, y en un lugar destacado, se situó don Juan de Borbón, padre del Rey.Entre los asistentes figuraban, además de las personas citadas, el marqués de Mondéjar, la duquesa de Osuna, el ex ministro de Defensa Alberto Oliart, el secretario de Organización del PSOE, José María Benegas; el dirigente de Alianza Popular Carlos Robles Piquer; el líder del Partido Demócrata Popular, Óscar Alzaga; el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina; y el secretario de Estado para la Cooperación Internacional, Luis Yáñez. También estaban presentes el ex presidente de la Junta de Jefes Álvaro Lacalle Leloup; el capitán de navío Camilo Menéndez, juzgado por su participación en el golpe de Estado del 23-F; y Raimundo Fernández Cuesta, ex ministro de Justicia en el régimen anterior.

A las 11.36, poco antes de concluir la misa, los asistentes cantaron la Salve marinera, único momento en que la esposa del almirante, María de la Anunciada Gorosábel, estalló en sollozos.

Al concluir el canto, una mujer dio vivas a la Marina española, a España y al Rey, que fueron respondidos por los presentes, si bien el tercero de los vivas fue contestado por pocas personas. Luego, un hombre que estaba entre el público vestido con un traje oscuro y de unos 60 años de edad pronunció en alto una frase que, aunque se escuchó mal, hacía referencia a la "vergüenza" -palabra que repitió varias veces- de que en España se asesine a almirantes.

"Contra ETA, más metralletas"

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A las 11.45, los cadáveres fueron sacados a hombros a la calle Montalbán. Junto a los féretros, se situaron las primeras autoridades y, ante ellos, desfiló la compañía de honores mientras una banda militar interpretaba el himno Ganando Barlovento. Durante el desfile, y a unos 50 metros de donde estaban los féretros, unas 300 personas que se habían congregado en la Plaza de Cibeles, alguna de ellas con banderas españolas, corearon gritos como "ETA culpable, Gobierno responsable", "Contra ETA, más metralletas", "Franco, Franco" y otros similares.Cuando ya las principales autoridades se habían retirado, un pequeño grupo de esas personas se situó frente a la puerta de entrada al Cuartel General de la Armada y repitió a voces otros gritos como "Ejército al poder" y "España, España". A pesar de estos hechos, entre los mandos militares que asistieron a los actos no se registró ningún incidente.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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