Lindsay Kemp
Heredero de una estirpe de comediantes de la época de Shakespeare
Rebelde, cultivador inteligente de una imagen marginal a la vez que sofisticada, Lindsay Kemp se mantiene en la brecha después de más de 30 años de vida artística. Rechazado y admirado en los grandes escenarios internacionales, cuenta con una estela de admiradores que va de Nureyev a Fellini, pasando por Andy Warhol y David Bowie. Sus espectáculos, concebidos en una estética exuberante y dolorosa al mismo tiempo, son el reflejo fiel de su personalidad. Mitificador, fabulista, contestatario y barroco, este hombre es el último de una estirpe de comediantes que se remonta a la época de Shakespeare.
Fiel a esa tradición bufa, sus declaraciones siempre contienen alguna ironía o ingrediente de provocación. Desde ayer se presenta con su compañía en el teatro Monumental de Madrid con el que fue su primer éxito y gran lanzamiento internacional: Flowers una obra basada en Jean Genet "La idea original nació tras la lectura del libro de Genet Notre-Dame des fleurs. En aquellas páginas vi reflejada mi vida. Por eso me resultó inevitable abordar el montaje". Para Lindsay Kenip la gestualidad es un arte que practica dentro y fuera de la escena, sus movimientos siempre parecen estar inspirados por la danza. "Flowers es, en conclusión, una expresión de mi vida y mi filosofia, y como ambas se han modificado a lo largo de estos años, la obra tampoco es la misma de entonces".Desde hace unos años, Lindsay Kemp se ha quedado a vivir en España y desde aquí organiza sus giras y nuevos espectáculos. "España es un lugar muy agradable, donde vivo en armonía. En Andalucía, por ejemplo, se vive el arte, mientras en Inglaterra o en Estados Unidos se cuelga en las paredes".
Escándalo
Pero la faceta más polémica de Lindsay Kenip es su manera de abordar la sexualidad, materia de escándalo durante sus representaciones: "Soy un casanova del baile moderno. No tengo límites y mi trabajo consiste en romper fronteras entre los sexos, las razas y las clases sociales. Soy como un gran pájaro y trabajo y hago el amor donde se caen mis plumas, nunca elijo de antemano los sitios. Mi vida no es decadente, sólo que me interesa llevar la decadencia al escenario y al mismo tiempo sacarla de la escena".
Su trayectoria siempre ha estado en la frontera del teatro y la danza, aunque demuestra sus preferencias por lo segundo: "Trato de expresarme con la danza para preservar el éxtasis, siempre distinto, tal como son distintos cada uno de los momentos de nuestra vida. Ésta puede ser la razón para que la gente vuelva cada vez a ver Flowers, pues saben que siempre verán algo diferente, un espectáculo que tiene mucho de trágico y de nocturno. Yo siento esa tremenda responsabilidad al tocar la flauta mágica y hacer que los demás me sigan. Necesito reunir a la gente, es una pasión. Por eso amo el gran teatro que es capaz de atraer a multitudes". Este creador es de los que más honestamente hablan de sus propósitos vitales y estéticos: "Yo me considero feliz poprque puedo desarrollar este trabajo, pues en él hablo de las obsesiones que tengo cada día, de mi estado actual y de mis emociones. Me considero una persona liberada, pero sufro por el sufrimiento que veo a mi alrededor".
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