Los Bears de Chicago arrollan en la Supercopa

Setenta y tres mil espectadores y 85 millones de televidentes presenciaron en Estados Unidos la Supercopa del fútbol americano, lo que muestra una vez más que las descripciones sobre el partido nunca son exageradas. El domingo, los Bears de Chicago se proclamaron campeones de la Liga nacional, al vencer en Nueva Orleans a los Patriots de England por 46-10, tras una de las campañas más, gloriosas en. este deporte: sólo perdieron uno de los 19 encuentros.

San Francisco 49ers se proclamó campeón el año pasado con una marca idéntica, 18 partidos ganados y uno perdido, pero no fue tan avasallador. En la defensa, los osos de Chicago se comportan como once Goikoetxeas y en la delantera como once Butragueños. Ganaron sus partidos de la temporada con una media de 18 puntos de ventaja y en la fase final con un promedio de 27. Su diferencia de 46 puntos el domingo fue la mayor en los 20 años de historia de la Supercopa.También fue el primer equipo en la historia en dejar en cero a dos equipos seguidos durante las eliminatorias. Habrían hecho lo mismo en Nueva Orleans con los Patriots si no hubiera sido por un error con el balón en los primeros dos minutos de partido.

"Fue como estar en una pesadilla", dijo Mosy Tatupu, un corredor suplente de los Patriots. En el descanso los Bears ya llevaban ventaja de 23-3.

En el fútbol americano el jugador tiene cuatro oportunidades para adelantar el balón 10 metros y cada vez que se consigue hay cuatro oportunidades más y otros 10 metros como objetivo. El balón sigue en poder del mismo equipo hasta que anota o lo coge el contrario. Si se anota corriendo o con un pase, son seis puntos. Si se chuta entre los postes de la portería, son tres, salvo que el disparo sea después de seis puntos, ya que entonces sólo vale uno.

Fue el primer campeonato para los Bears desde 1963, cuando había dos ligas separadas y no se jugaba la Supercopa.

El presidente Reagan también disfrutó del. partido, pero, en un cambio de la tradición, la NBC no ofreció su llamada telefónica al ganador, en parte porque es un hábito del que abusa Reagan cada vez que un equipo gana algo. Pero Reagan, que jugó al fútbol cuando era estudiante universitario, fue entrevistado antes del partido y sí explicó el significado del acontecimiento. "Forma parte de la vida americana", dijo, "que está en el corazón de nuestra personalidad".