Las elecciones de ayer en el Uster, un referéndum sobre el acuerdo anglo-irlandés

Una gran parte de la población del Ulster desafió ayer el mal tiempo reinante para participar en unas elecciones parciales convertidas por los dirigentes de la mayoría protestante en un referéndum sobre la participación de Dublín en el gobierno de la provincia, previsto en el histórico acuerdo anglo-irlandés del pasado noviembre.Los 529 colegios electorales abrieron sus puertas a las siete de la mañana en medio de un extraordinario despliegue de seguridad para evitar posibles atentados terroristas por parte de los provisionales del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que hace dos días se enfrentaron abiertamente en un tiroteo a las fuerzas militares de guarnición en el territorio.

La nieve, la lluvia y el frío reinantes en los seis condados del norte que quedaron bajo administración británica tras la partición de la isla en 1921 hizo que la participación fuese escasa al principio. A media mañana, sin embargo, gran parte del electorado de las zonas urbanas había hecho acto de presencia en los colegios. Aproximadamente un millón de habitantes del Ulster tiene derecho a votar por los 15 escaños en litigio de los 17 que tiene la provincia, el mayor porcentaje de diputados por habitantes en el Reino Unido.

Las elecciones parciales, o byelections, han sido convocadas como consecuencia de la dimisión en masa el pasado mes de los 15 diputados unionistas protestantes del Ulster en el Parlamento de Westininster. Los otros dos escaños, hasta el total de 17, pertenecen a John Hume, líder del partido católico moderado Social and Democratic Labour Party (SDLP), el único partido que apoya el acuerdo anglo-irlandés, y a Gerry Adams, líder del Sinn Fein, representante de la política del IRA, que resultó elegido en las elecciones generales de 1983 pero que se ha negado a tomar posesión.

Por primera vez en Irlanda del Norte las autoridades exigen la presentación de un carné de identidad, pasaporte o carné de conducir para poder participar en los comicios, con el fin de evitar la práctica hasta ahora extendida en la provincia de duplicidad de voto.

El resultado de las elecciones, con el triunfo aplastante de los candidatos unionistas protestantes, cuyos dos partidos, el oficial y el democrático, han presentado listas únicas, se da por descontado y el único interés desde el punto de vista político está en saber si los católicos moderados del SDLP son capaces de aumentar sus votos a costa de los radicales del Sinn Fein en algunos de los cuatro distritos fronterizos con la República de Irlanda, en los que ambas formaciones presentan candidato. El SDLI abriga la esperanza de conseguir que su vicelíder, Seamus Mallon, resulte elegido en la circunscripción de Newry-Armagh, donde en los últimos comicios Mallon quedó a sólo 1.500 votos del candidato unionista. Para ser elegido necesitaría mayor participación de los católicos y un corrimiento de votos católicos del Sinn Fein hacia el SDLP.

Los católicos han evitado los mítines callejeros y se han concentrado, tanto los moderados como los extremistas, en la petición de voto en la calle y en las casas, en contraste con los actos públicos organizados por los protestantes, cuyos oradores se han caracterizado por su chovinismo y su patrioterismo barato.