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BALONCESTO

Guerra de zapatillas en la NBA

Michael Jordan, el base estelar de los Chicago Bulls, sigue sanando de su fractura en el pie: le han cambiado la escayola por otra que le permite caminar. La lesión de Jordan y de otros jugadores como Bill Cartwright, de los New York Knecks, y Andrew Toney, de los Philadelphia 76ERS, ha despertado el interés de los médicos por las zapatillas que usan. Cartwright se ha fracturado tres veces el mismo hueso en un pie, mientras Toney tuvo fracturas en los dos. Mientras, los jugadores cobran elevadas cifras por calzar determinadas marcas.

"Estoy seguro que las zapatillas no son tan buenas como debieran ser", dice el doctor Anthony Daly, que fue el director-médico de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84 y es médico de los Clippers de Los Ángeles. "Hay diversidad de zapatillas y grandes variaciones en los apoyos para los puentes de los pies, y yo no creo que haya suficiente apoyo para los jugadores, especialmente para los de pies planos".Daly también se quejó de la costumbre de los jugadores de usar un tipo de zapatillas según lo que les paguen por la publicidad. Jordan, por ejemplo, recibirá un millón de dólares (unos 154 millones de pesetas) de la empresa Nike, e igual le pasará a Patrick Ewing, de los Knecks, con Adidas.

Nike declara que gasta más de nueve millones de dólares (unos 1.380 millones de pesetas) en la investigación sobre sus zapatillas, pero Daly y otros médicos dicen que se lesionan demasiados jugadores. Jordan, Toney y Cartwright son parte de un grupo de siete cojos con lesiones parecidas que están cotizados por más de cuatro millones de dólares (unos 615 millones de pesetas), una bonita suma para jugadores que no juegan.

Adidas tiene a Ewing y a Kareen Abdul-Jabbar, mientras Puma tiene a Ralph Sampson; pero la mayoría de los baloncestistas de renombre han fichado con compañías norteamericanas. La primera es Corverse, que tiene a Larry Bird, Magic Johnson, Julius Ervirg e Isiab Thomas, cuatro de los jugadores más populares de la NBA.

La popularidad se mide de muchas formas: Dave DeBusschere, un ala de 2.00 metros de estatura, era querido como jugador por su estilo de juego rudo y desinteresado. Pero como gerente no tuvo la misma suerte. El viernes, mientras los Knecks se preparaban para perder su vigésimo tercer partido en 34 jornadas, fue despedido.

Por otra parte, el sudanés Manute Bol, el pivot de 2,28,metros de los Washington Bullets, todavía no ha dominado el arte de anotar, pero su facilidad para tapones -tuvo 12 contra Milwaukee el mes pasado- le han hecho una figura en la Liga.

"No sé por qué la NASA gasta todo ese dinero en sus naves espaciales", dice Mychal Thompson, de los Pórtiand Trail Blazers. "Todo lo que tiene que hacer es darle un par de herramientas para que estire los brazos y arregle las cosas".

Suspensión por lluvia

El nuevo año siempre trae nuevas anécdotas, pero ésta es original. La Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) suspendió un partido por la lluvia. Los Phoenix Suns estaban ganando 35-24 a los Super Sonics en el Coliseo de Seattie el domingo por la noche cuando el árbitro, Mike Mathis, paró el partido al principio del segundo tiempo a causa de unas goteras en el techo. Dos jugadores habían resbalado malamente y Mathis no quiso asumir más riesgos.Seattle es una de las ciudades donde más llueve en Norteamérica y el Coliseo siempre ha tenido problemas con goteras, pero esta es la primera vez que la NBA suspende un partido por la lluvia. Cuando anunciaron la decisión por el micrófono, algunos de los 5.548 fanáticos abrieron su paraguas.

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