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El portero de un hotel resultó muerto al intentar detener a un atracador

El portero de un hotel madrileño, situado en el número 29 de la calle de Bretón de los Herreros, en el distrito de Chamberí, resultó muerto de un disparo en el corazón y otra persona gravemente herida cuando intentaban detener en la tarde de ayer a un atracador que se había apoderado de 60.000 pesetas en el establecimiento hotelero. El asaltante consiguió huir en un vehículo robado a punta de pistola, según informó la Jefatura Superior de Policía.

Marcelino Lucas Herrero, de 36 años, empleado del hotel Bretón, franqueó la entrada a un hombre joven y muy delgado que llegó al establecimiento alrededor de las tres de la tarde. El asaltante le encañonó instantes después con una pistola y le obligó a dirigirse hacia la caja registradora, donde se apoderó de unas 60.000 pesetas.

El conserje del hotel, que había sido avisado de lo que pasaba por su compañero por medio de una seña, se encerró en una habitación con la directora del establecimiento. Cuando el atracador abandonaba el local, un empleado de la agencia de viajes Mundicolor que llegaba en ese momento trató de detenerle sin conseguirlo.

El atracador fue perseguido en la calle por el portero del establecimiento, que logró alcanzarle a la altura de la calle de Vargas. El asaltante se volvió entonces y disparó dos veces contra el portero. Una de las balas le penetró a éste en el estómago y otra le alcanzó el corazón y le produjo la muerte de forma instantánea.

En el curso del tiroteo, Julián Muñoz González, de 53 años, vecino de la zona, que trataba de ayudar al empleado, también resultó herido de bala en un costado y fue ingresado en estado grave en el hospital Clínico. Posteriormente, el agresor robó a punta de pistola un coche, que iba conducido por una mujer, y escapó, según informó la Jefatura Superior de Policía. El joven no había sido detenido a lo largo de la tarde de ayer ni se había logrado localizar el vehículo en el que huyó.

Nerviosismo e indignación

El fallecido, que estaba casado y tenia tres hijos, trabajaba en el hotel desde los 18 años y era una persona muy apreciada en la empresa, según informó ayer un portavoz de la dirección. Los empleados del establecimiento -catalogado como hotel de cuatro estrellas-, que dispone de 55 habitaciones, se mostraron consternados al conocer la muerte de su compañero.La dirección del hotel decidió contratar los servicios de un guarda jurado, dado el estado de nerviosismo en que se encontraban los 20 trabajadores. Al parecer, el hotel había sido asaltado también la semana pasada y los atracadores se apoderaron de 150.000 pesetas. A raíz de este suceso, la puerta del hotel permanecía cerrada todo el día.

A lo largo de la tarde numerosos comerciantes se acercaron hasta el hotel y mostraron su indignación por la oleada de asaltos que se ha producido últimamente en la zona.

La policía encontró en el lugar donde se produjo el tiroteo tres casquillos del calibre 9 milímetros corto y un proyectil.

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