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Un sorteo dirigido decide hoy la composición de los grupos del Mundial 86 de fútbol

El sorteo para distribuir en seis grupos de cuatro a las selecciones clasificadas para la fase final del Mundial 86 de fútbol, que se disputará en México, se efectúa hoy en la capital mexicana. No será un sorteo puro, sino dirigido, a fin de equilibrar el interés de todos los grupos. La designación de los equipos cabezas de serie no parece discutible. Lo serán los cuatro mejor clasificados en el Mundial 82 de España (Italia, que jugará en Puebla; la RFA, en Querétaro; Polonia, en Monterrey, y Francia, en León), además del anfitrión, México, que jugará en la capital, y Brasil, tricampeón mundial, que estará en casa, en Guadalajara, donde jugó el Mundial 70.

La bestia negra entre las sedes le tocó a Polonia, pues Monterrey e s una ciudad que en junio puede soportar temperaturas de casi 40 grados, aunque es la situada a una altitud menor: sólo 600 metros sobre el nivel del mar. Las sedes restantes están en altitudes por encima o ligeramente por debajo de los 2.000 metros, salvo Guadalajara, que está a 1.500.Los equipos que acompañarán a los cabezas de serie saldrán de tres recipientes, según criterios de fortaleza futbolística y proximidad geográfica. El primero contiene los nombres de las tres selecciones suramericanas restantes, Argentina, Uruguay y Paraguay, más los de las tres europeas consideradas más fuertes, España, Inglaterra y la Unión Soviética. En el sorteo se tendrá en cuenta que los conjuntos suramericanos no se enfrenten entre sí. Para ello el primer equipo europeo que salga irá directamente al grupo de Brasil.

En el recipiente destinado a los cuadros que pueden calificarse como débiles entran los exóticos Corea del Sur, Irak, Canadá, Argelia y Marruecos, así como Dinamarca, que es hoy día una de las selecciones más potentes de Europa. Sin embargo, los daneses cayeron en el pelotón de los torpes por su escaso historial, ya que intervienen por primera vez en la fase final de un Mundial.

El otro recipiente albergará a los demás europeos: Bélgica, Escocia, Irlanda del Norte, Bulgaria, Hungría y Portugal.

En este Mundial se ha introducido una modificación respecto al precedente con el fin de dar un espectáculo más brillante y un fútbol más competido. La primera fase, con los 24 conjuntos distribuidos en seis grupos, se disputará por el sistema de liga, como en España en 1982, pero luego se pasará al de copa: eliminatorias directas.

Para los octavos de final se clasificarán los dos primeros de cada uno de los seis grupos, o sea 12 equipos, más los otros cuatro que hayan obtenido mejor puntuación en los diferentes grupos, con lo que se totalizarán los 16 necesarios para cuadrar esta eliminatoria. Así, los terceros clasificados en sus respectivos grupos tendrán todavía una oportunidad de seguir adelante.

La primera fase, la de seis grupos, se resolverá entre el 31 de mayo, fecha del partido inaugural, y el 18 de junio. Las restantes fechas son el 15, el 16, el 17 y el 18 de este mismo mes, para los octavos de final; el 21 y el 22, para los cuartos de final; el 25, para las semifinales; el 28, para el encuentro por el tercer puesto, y el 29, para la final.

Un detalle simpático del sorteo de hoy es que una de las manos inocentes será la del nieto del presidente del comité organizador, Guillermo Cañedo. Se trata de un niño rubio, de cuatro años, que, precisamente, es hijo de Mónica Cañedo, que, cuando tenía 10 años, en 1970, ya hizo de mano inocente en el sorteo del Mundial mexicano de aquel año, que ganó la selección brasileña, de Jairzinho, Gerson, Tostao, Pelé y Rivelino.

Nuevo balón

Mónica Cañedo y su hijo Luis Javier Barroso estuvieron presentes en un banquete en el que se presentó el balón con que se jugará el Mundial 86, de diseño muy similar al del Tango, con el que se jugaron los dos últimos.

Respecto al enfrentamiento entre las televisiones europeas y la organización, que tiene su origen en el hecho de que aquéllas consideran que los precios impuestos por ésta son abusivos, Guillermo Cañedo, hombre fuerte del Mundial 86, le restó importancia. "El problema es muy fácil", explicó; "cada vez que hay un evento deportivo, llámese Juegos Olímpicos o Mundial de fútbol, siempre hay una negociación entre quien origina la señal y el consorcio. Es una negociación porque cada cual tiene costos diferentes. Hay una negociación que nunca ha terminado. Ellos quisieron, por medio de boletines, presionamos. A nosotros no nos presiona nadie, ni con boletines ni con palabras ni con nada". Igualmente negó tener intereses económicos en la propiedad del edificio en que se instalarán los estudios de televisión.

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